CUANDO la cándida, pero muy inteligente Alicia llegó a aquel lugar y observó la sonrisa falsa y alevosa de sus aviesos e inquietantes moradores, no albergó duda alguna: estaba en el país donde se engendraban las pesadillas. ¡Qué les corten la cabeza! -quiso gritar, ya boquiatada. Pero no eran buenos tiempos para revoluciones.
La flor del tabaco
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*(Pues si mata… que mate)*
*A Manolo Rubiales –echando humo.*
*Ayer noche, al quedarme sin tabaco*
*–Estaban los estancos y colmados,*
*Los quioscos...
4 comentarios:
Excelente.
Siempre es un placer leerte.
Obsequio del día. http://youtu.be/m8bm5w9jG3A
Abrazos.
QUE BUENO!
En los cuentos es posible todo ¿no?
MUchos besos!!!
Boquiatada o boquiabierta... me gustan las revoluciones que sus palabras provocan.
;-)
Un saco de besos enorme,
A.
Magnífico cuento, que por desgracia tiene mucho de real...
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