Mi palabra es oscura porque estoy sola.
Alejandra Pizarnik
Cuchillos
sin hora,
relojes sin agujas, desdentados,
en un lugar formado por instantes,
donde el tiempo es un páramo sin límites
desértico y oscuro,
y el alba yace al borde, albor de sangre.
No juego por jugar con las palabras.
Es más,
no juego:
juegan;
yugo y jugo,
me juegan, me la juegan,
me amor-
. . . . . . . . . dazan.
Alfanje cercenando es el poema,
censura, un eufemismo que silencia
el grito. Rito y mito,
oculta la verdad: que el canto es llanto,
el jugo de un instante acuchillado
que, inerme, va secándose entre líneas,
simiente y fruto estéril
de la nada.
3 comentarios:
Dios mío¡¡¡
Qué belleza¡¡¡
El maravilloso instinto de la palabra que nos hacen decir callando y callando no dicen nada.
Sublime!
Te abrazo en domingo.
M.
Qué soberbia manera de dar voz a tus silencios...
Tienes idea de lo que me gusta?
Más, muchos besos...
A.
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