viernes, 8 de septiembre de 2017

Fantasmas


Colectivizar, según el DRAE, significa transformar lo particular en colectivo. Y, haciendo uso y abuso de tal definición, muchos, si no todos, de nuestros afamados lumbreras patrios de estómago agradecido se llevan teatralmente las manos a la cabeza ante la por otra parte poco fundada idea de que, en el caso de llegar algún día a gobernar Unidos Podemos en España, sus máximos dirigentes procederían de inmediato a colectivizar hasta el último de nuestros calzoncillos para dejarnos en porretas. Y esto, claro, termina acojonando hasta al más pintado. Nada dicen, en cambio, las mismas mentes preclaras acerca de la mayor y más perniciosa colectivización acaecida de este lado de los Pirineos desde la muerte del Genocida hasta la fecha: la perpetrada por el Partido Popular mediante la materialización de ese milagroso misterio consistente en la transustanciación de la deuda particular de nuestra banca manirrota y usurera en un descomunal agujero colectivo. Lo mismo de siempre en este emputecido mundo subyugado por el totalitarismo financiero global: privatización de los beneficios generados en gran parte por los trabajadores, y colectivización de las pérdidas que acontecen de manera recurrente a las élites empresariales y financieras como fruto de su insaciable codicia. Ante tamaño desmán, ¡bolivarianos a mí!; ¿quién dijo miedo?

1 comentario:

Carlos dijo...

Argumentarán los populares que si no los auxilian los datos macroeconómicos se dan el batacazo, pero y los datos del bolsillo de cada uno, por qué no los arreglan también...