CUANDO, con la intención de zaherir, se pretende manifestar una opinión desde el anonimato, no cabe acudir a la libertad de expresión en su defensa, pues quién así actua lo hace desde los intolerables e intolerantes territorios del libertinaje. Desde tan mórbidas regiones, cualquier intento de ironía no alcanza a ser más que un exabrupto chabacano y falto de ingenio, y hasta la crítica que pudiere parecer más certera queda desacreditada y sin valor alguno tras las bochornosas y aberrantes máscaras del ventajismo y la cobardía.
La flor del tabaco
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*(Pues si mata… que mate)*
*A Manolo Rubiales –echando humo.*
*Ayer noche, al quedarme sin tabaco*
*–Estaban los estancos y colmados,*
*Los quioscos...
4 comentarios:
El que se oculta para envilecer se libera -públicamente- de sentencias. No obstante, segundo a segundo -recónditamente, se deshonra a si mismo y pena atormentado por ello. Ese es su premio y su castigo.
Así es. El que No Asume Sus palabras Ni Respeta Ni Se respeta, avergonzándose de si mismo... autoengañándose.
Entiendo que, quizá, sea fruto de la Envidia, cosa mala, remala, que carcome a quien la padece... empobreciéndolo aún más.
Besos y buena noche... noctámbulo. PAQUITA
Depende....¿con mucho o con poco pende?....nadie debiera ocultarse paar decir la verdad sino, como bien dices nacera lacerada y no creible. De cobardes pero, a veces, tan cobarde como los que callamos. Un abarzo.
absolutamente de acuerdo, un abrazo.
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