jueves, 12 de noviembre de 2009

Aunque ya nada importe


Que al alba no existiesen.
Que al alba, al despertar
De esta atroz duermevela
Detenida en las ansias
Que eterniza el recuerdo,
Jamás en mi memoria
Hubiesen existido;
Y así poder partir
Sin cargos de conciencia
Ni vínculos de sangre
A los vastos jardines
Donde habite el olvido
.

4 comentarios:

Milena dijo...

A veces cuando sentimos que nada nos vincula a la vida, verdaderamente ésta parece un sinsentido y entonces detener su incesante dolor es lo que puede aliviarnos, supongo.

Pero no sé que ocurre, el caso es que un aliento brota, imperceptible, frágil, y tierno, bajo ese hastío y pesadumbre; tan tierno que somos incapaces de aplastarlo y le damos a esos vastos jardines, una prórroga; para habitar de nuevo nuestra vida.

Un abracito, Poeta.

rosa_desastre dijo...

Llegada la siega, el temor a la nada, una sola semilla, nos alerta del fin del hambre.
Un beso

Milena dijo...

He pasado por aquí de nuevo "pa" ver cómo anda "el terreno" hoy , porque la verdad ese "peñasco inmenso" amenaza con caída.... tié una pinta.... Cuidado, vamos a tener que ponernos el casco antes de entrar en este blog, mi madre !

Besotes

MeRieM dijo...

¿Dónde se aloja el alma?
¿y dónde está el olvido?
Van juntos, de la mano
¿guiando nuestro destino?

Chi lo sa...
Un berso.