Pese a que siempre actuaba con nocturnidad y alevosía, aquel individuo era sumamente educado; nunca dejaba de dar las buenas noches antes de disparar a bocajarro a cada una de sus víctimas.
La flor del tabaco
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*(Pues si mata… que mate)*
*A Manolo Rubiales –echando humo.*
*Ayer noche, al quedarme sin tabaco*
*–Estaban los estancos y colmados,*
*Los quioscos...
4 comentarios:
Sí, Rafa, así es; "...y paracecía muy normal, tan educado y amable, ¡nunca lo hubiera imaginado...!"
Besos
ya ves... todo fruto del arrebato...
"Y en justa correspondencia,por no saltarse la norma de las buenas maneras, exigia una sonrisa mientras se desangraban."
(¡vaya tela!)
besos
Cretinos así hay por doquier :S
Besos, mi niño.
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