viernes, 19 de julio de 2019

Cuando despertó...


Si tuviese que ilustrar con dos metáforas la degradación cloacal de la política patria de nuestros aciagos días, hablaría sencillamente de puertas giratorias y camas redondas acogiendo la obscena y perniciosa endogamia de las ratas. La primera, a estas alturas, no necesita de explicación alguna. ¿La segunda? Ana Botella absuelta por unos impresentables colocados a dedo por el PP, sin que otros impresentables del PP, elegidos por el pueblo sabio y soberano, vayan a hacer, tal y como debieran, nada por recurrir esa decisión tan interesada como injusta. Cuánta prevaricación sin penitencia. Con tanta cosanguineidad de burdel y proxenetas, aquí vamos a terminar todos babeando y con el labio leporino. Como las familias reales europeas, ese estúpido y envenenado legado de la Edad Media. "Arriba, abajo, mandaremos al rey al carajo. Abajo, arriba, no queremos a la monarquía". Por supuesto, con la excepción hecha de la de la Una, Grande y Libre, que luego viene la Benemérita y, con más razón que un santo inquisidor ávido por llevarnos por el camino de la fé verdadera —esa que con sangre entra—, te amordaza e incluso, si se tercia, te zampa un par de merecidas hostias y una soberana coz en ovarios o cojones. " Las niñas tienen vulva..." Recuerden: puertas giratorias, camas redondas, mazmorras y una férrea moral antediluviana. ¡Arriba España!

En la fotografía: Adebán, grupo musical denunciado por la Guardia Civil por, ejerciendo el derecho inalienable a la libertad de expresión, interpretar una jota incómoda para los poderes establecidos.

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