martes, 9 de julio de 2019

Cambio climático. Causas y soluciones desde la Comunidad Autónoma de Andalucía



1. Breve reseña "histórica". Variaciones climáticas y extinciones masivas.

Las grandes variaciones climáticas forman parte de la dinámica natural de nuestro planeta desde prácticamente su origen, con periodos más o menos fríos (entre estos, aquellos a los que hemos denominado edades de hielo o glaciaciones) y otros en mayor o menor medida calurosos. Como consecuencia de estas grandes variaciones climáticas, en la Tierra ya han acontecido a cinco grandes extinciones masivas, todas ellas producto de factores exclusivamente naturales, ya de origen interno, ya de origen externo, o su combinación.

De estas cinco, la primera, la del Ordovícico-Silúrico, que se produjo hace aproximadamente 450 millones de años, tuvo su origen en la deriva del supercontinente Gondwana hacia el sur, lo que dio lugar a una intensa glaciación y al descenso del nivel del mar. Otra teoría centra las causas en la explosión de una supernova "cercana" a la Tierra, que irradió el planeta destruyendo la capa de ozono y liberando una gran cantidad de gases derivados del nitrógeno que bloquearon la llegada de la energía del sol, lo cual dio lugar a un rápido e intenso enfriamiento global generalizado.

Las otras cuatro grandes extinciones fueron producto del calentamiento global como consecuencia, junto con posibles factores externos —como el impacto de un meteorito—, de la acumulación en la atmósfera de gases con efecto invernadero, fundamentalmente por el incremento de la actividad volcánica.

La tercera gran extinción. El efecto dominó.

La tercera gran extinción, la del pérmico-triásico, acontecida hace 250 millones de años, merece una mención especial, no tanto por haber sido la mayor de las cinco (desaparecieron el 95 % de las especies marinas y el 70 % de las especies de vertebrados terrestres), sino por las posibles similitudes con los procesos actuales y futuros relacionados con el calentamiento global que sufre nuestro planeta.

A grandes rasgos —sin excluir la contribución a esta extinción del impacto de un gran meteorito, así como la explosión de una supernova—, el origen fue una intensa y prolongada erupción de material volcánico en Siberia, que elevó los niveles de CO2 en la atmósfera y, por tanto, la temperatura global. Tras subir, por esta causa, la temperatura global en 5º C, se comenzaron a liberar a la atmósfera, por descongelación, los depósitos de hidrato de metano de los fondos oceánicos, lo que elevó las temperaturas en 5º adicionales.

2. Causas del calentamiento global.

Hasta hace pocos siglos, como acabamos de reseñar, las causas de las variaciones climáticas han sido fundamentalmente de carácter natural, con una incidencia prácticamente nula de posibles factores antrópicos.

Causas naturales

Entre las causas naturales se encuentran el vulcanismo, los cambios en la actividad solar, variaciones de la orbita terrestre, etc.

Causas antrópicas

Las causas antrópicas, en la actualidad, devienen de nuestros aberrantes e inconscientes modelo productivo y modos de vida. Unos modos de vida y unos modelos productivos que inciden en el incremento brutal en la atmósfera de gases con efecto invernadero. Estos gases provienen de:

-Sector del transporte, cuyo funcionamiento se asienta en el consumo de energías fósiles y en un sistema de transporte en el que cada vez cuenta con menos peso el transporte colectivo (mucho más eficiente).

-Generación de energía y emisiones industriales.

-Deforestación (las plantas fijan CO2 mediante la fotosíntesis).

-Incendios forestales (que destruyen masa vegetal y emiten CO2 a la atmósfera). Evidentemente siempre ha habido incendios forestales por causas naturales. Pero hoy, amén de los incendios por causas antrópicas (intencionados, como consecuencia de negligencias, etc.), su virulencia ha crecido de manera exponencial por la deficiente gestión forestal y por el despoblamiento rural que ha llevado al desaprovechamiento de los productos forestales y su acumulación en los montes "a la espera" de ser pasto de las llamas.

-El uso excesivo de fertilizantes en la agricultura. Estos, por lo general, contienen elevados niveles de óxidos de nitrógeno, con un potencial mucho mayor que el CO2 en cuanto a su incidencia en el calentamiento global. En este punto, mencionar también la mecanización de las labores agrícolas y el consumo de energías fósiles que conlleva.

-Deficiente gestión de los residuos sólidos urbanos y agroganaderos. La descomposición de estos residuos genera metano, un gas también con un potencial mucho más elevado que el CO2 en cuanto su incidencia en el calentamiento global.

3. Actuaciones necesarias para frenar el calentamiento global.

Las actuaciones, aunque complejas en lo relativo a su puesta en marcha, son fácilmente determinables con sólo atender a las causas.

a) Impuso del transporte colectivo y mediante los sistemas más eficientes (el ferrocarril como columna vertebral del sistema de transporte) y disminución de las necesidades de transporte a través de un nuevo diseño de las políticas de ordenación del territorio y urbanísticas, que otorgue una mayor accesibilidad a infraestructuras y servicios y reduzca las necesidades de movilidad. Restricciones al uso del vehículo privado, ese voraz consumidor de energías fósiles.

Movilidad sostenible. Este concepto constituye un oxímoron diabólico que acabará por caernos encima como una pesada losa. Porque tras el "engendro" se oculta casi siempre el incremento de la movilidad basada en energías fósiles (Inciso: el coche eléctrico constituye hoy día la gran estafa en políticas de movilidad. Porque en el contexto del modelo de producción energética actual, la energía eléctrica que consumen, se genera en gran parte sobre la base de energías fósiles. Evidentemente reduce las emisiones en el ámbito urbano, pero las traslada a los lugares de generación de la energía que consume. La única movilidad sostenible es la que no tiene lugar o se efectúa de manera autónoma (a pie o en bicicleta). Comencemos a hablar de accesibilidad sostenible).

Por otra parte, el modelo del coche eléctrico, continuará incidiendo en la generación de otros problemas ambientales inherentes al modelo de trasporte basado en el vehículo privado. Citemos sólo el consumo creciente de espacio para infraestructuras de trasporte por carretera. Con lo que ello conlleva, por ejemplo, en la destrucción de espacios forestales.

Cinco millones de vehículos eléctricos (coches, furgonetas, motocicletas…) en 2030, aproximadamente el 16% del parque móvil que se espera para esa fecha, es la pretensión del Gobierno de España señalada en su Plan Integrado de Energía y Clima 2021-2030. Una locura que impedirá la puesta en marcha de un modelo de transporte sostenible basado en los medios colectivos, en especial el ferrocarril. ¡Viva el mal! ¡Viva el capital!

Vendrán los vándalos a decir que medidas de este tenor terminarán por suponer la restricción de las libertades ciudadanas. Nada más lejos de la realidad, vendrían a liberar a la ciudadanía de los grilletes de un sistema de transporte opresivo y sumamente perjudicial para su salud física y psicológica.

b)Planes de transición energética que reduzcan la producción de energía sobre la base de combustibles fósiles e impulse las energías alternativas limpias (no sólo la solar y eólica. También la maremotriz, la minihidráulica, geotermica, etc.) Un reto importante se halla en la necesidad de, cuando no se consumen inmediatamente estos tipos de energía, contar con sistemas para su almacenamiento. Hay que invertir y mucho en I+D+i en este campo.

Esta transición, además, al reducir nuestras necesidades de importar combustibles fósiles, mejoraría notablemente nuestra balanza comercial.

c) Reducción de las emisiones de gases con efecto invernadero (y otros) por el sector industrial. Más I+D+i. Políticas de decrecimiento.

d) Planes forestales para la reforestación. Pero planes forestales de verdad, no como el agonizante y a la par casi nonato Plan Forestal de Andalucía.

e) Incremento de las labores para la prevención de incendios.

f) Rehumanización del mundo rural.

g) Generalización de las agricultura ecológica e integrada. Optimización de la mecanización de las labores agrícolas.

h) Fomento del consumo de productos de proximidad (menos transporte = menos emisión de gases de efecto invernadero).

i) También resulta esencial, de cara a la mitigación de los efectos del cambio climático, hacer incidencia en un cambio radical en la política de residuos, para que se desarrolle en concordancia con el famoso lema de las 3 'R' (que deberían ser cuatro).

Reducir, reutilizar y reciclar. —O reducir, reutilizar, (reparar) y reciclar—. Pero por este orden de prioridades.

1. Reducir el volumen de residuos que producimos. En general, pero en particular en lo que se refiere a envases (tanto plástico en ríos y mares, tanta botella de Coca Cola) y embalajes superfluos. Más alimentos a granel y menos naranjas peladas envueltas por varias capas de plástico.

2. Reutilizar. De todo. Pero en particular envases. Hace tiempo se habló en este país de todos los demonios, que es Andalucía, de la normalización de envases. Que no hubiese uno diferente para cada tipo de bebida o líquido o marca. Unos cuantos que facilitasen el sistema de retorno del vidrio, su lavado y su vuelta a usar por las diferentes marcas comerciales. Ya apenas nadie se acuerda. A los grandes establecimientos comerciales les interesa más el envase de usar y tirar, ya sea de vidrio, de plástico u otros materiales. La reutilización de envases en circuitos de proximidad siempre resulta más eficiente desde el punto de vista energético que su reciclaje. También es necesario impulsar los mercados de segunda mano. Encomiable labor en este sentido la desarrollada por colectivos como Traperos de Emaus.

-. Reparación. Amén de propiciar la reducción del volumen de residuos que producimos, siempre resulta más eficiente energéticamente que fabricar de nuevo el producto. El pueblo cubano es todo un ejemplo en lo que a esta cuestión se refiere.

3. Reciclaje. Esta opción sólo se debería contemplar agotadas las otras posibilidades. Resulta esencial el "reciclaje" de los residuos orgánicos. El compostaje de estos, amén de generar materia orgánica apta para su incorporación a suelos agrícolas y forestales, evita la emisión de metano procedente de los residuos a la atmósfera. Un mal enfoque de la política de residuos en España es la que determina que la fracción resto acoja tanto  residuos orgánicos como "otras mierdas inorgánicas". Habría que procurar y fomentar la separación selectiva de residuos orgánicos. Únicamente residuos orgánicos, sin otros restos. Para facilitar el compostaje.

4. Una reflexión final.

Preguntas casi retóricas.

¿Qué ocurriría, teniendo en cuenta los niveles actuales de gases de efecto invernadero en la atmósfera, si se produjese un incremento notable de la actividad volcánica, algo nada desdeñable en función de la actual tectónica de placas?

Efecto dominó. ¿Que ocurriría si, dado el incremento actual de las temperaturas, se liberasen los compuestos de metano de los fondos marinos o congelados en el permafrost de las regiones periglaciares como la tundra? Esto último ya se lleva detectando hace unos años?

¿Estamos a las puertas de una sexta gran extinción? Es más que probable.

O actuamos y de manera contundente ya, o nos callamos para siempre. Es decir, o nos ponemos manos a la obra a destajo o nos vamos al carajo.

1 comentario:

Carlos dijo...

Análisis contundente y certero.