de nuevo aun cuando el denso
sudario de la bruma
perpetua que amortaja
la ciénaga en que yacen
inermes los espectros
de los sueños, se funda
a las pupilas turbias
del futuro y las seque
como a una flor nacida
de un aguacero efímero
en la sed del desierto.
Mañana saldrá el sol
―o no― sobre la ciénaga.
(certidumbre)
1 comentario:
Va surgiendo un nuevo ciclo de la sed del desierto
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