Cuando Gregorio Samsa despertó y se percató de que se había transmudado
en un enome, nauseabundo y, por lo venenoso, extraño ejemplar de
cucaracha, temiendo que aquella metamorfósis lo hubiese asimismo trocado
en dirigente del Partido Popular, sin poder resistir un sólo instante
más tanto desasosiego y repugnancia hacia sí mismo, se encaramó a la
ventana y saltó al vacío.
La flor del tabaco
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*(Pues si mata… que mate)*
*A Manolo Rubiales –echando humo.*
*Ayer noche, al quedarme sin tabaco*
*–Estaban los estancos y colmados,*
*Los quioscos...
1 comentario:
kafkiano total, máquina
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