viernes, 6 de julio de 2012

El espejo de la melancolía (XLIII)


Y si bajamos del abismo como si fuésemos dioses. No digo un cristal frío y sin reflejos, simulacro insidioso de lo ubicuo, dictando edictos ciegos y destierros. Digo la flor de un día, la gota de rocío, el rictus desgarrado de un relámpago, un suspiro, la lágrima. Y si bajamos al infierno despojados de la falacia hipócrita del vuelo, y asumimos que el cielo es un vacio que se tiñó de azul por accidente. Y si, tiernos, nos vamos despidiendo para, en la orilla breve de lo oscuro, fugaces, encontrarnos con lo eterno.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Voy a bautizar tu estilo como "nihilismo poético", y es que es muy bella y deprimente la frase de que el cielo es un vacio de color azul `por accidente

Calma en días de tormenta (Darilea) dijo...

Ayer me parecía bonito Rafa, pero hoy me lo parece más todavía.
Un beso.