jueves, 16 de octubre de 2008

El verbo silenciado



“Te suplico que pronuncies mi nombre
Y descubro que me llamo silencio.”

Juan Delgado López


Yo sólo existo cuando tú me nombras.
Cuando aflora mi nombre entre tus labios,
El verbo se hace carne con tu aliento,
Y alumbra un alma viva en la esperanza.

Recuerdo que mi nombre, como cántico,
Antaño germinaba con tu risa,
Colmando de fulgor en tu palabra,
La umbrosa incertidumbre del destino.

Pero un otoño triste un viento afónico,
Nacido de altas torres babilonias,
Borró en tu diccionario los vocablos
Que a mi alma le otorgaban luz y esencia.

Y olvidaste nombrarme para siempre.
Silencio desde entonces es mi nombre,
Ausencia interminable mi apellido,
Mi albergue el hipogeo del olvido.

Yo ya no existo pues tú no me nombras.
Con mi nombre exiliado de tus labios,
El polvo vuelve al polvo, y la memoria
No muere porque nunca fue engendrada.

(El Éxodo)

12 comentarios:

Anónimo dijo...

Desarradamente bello.

Anónimo dijo...

me comí una "g", disculpad

Menta dijo...

Y duele tanto....

Anónimo dijo...

Los recientes poemas son preciosos, felicidades Poeta.

Abrazos...

Anónimo dijo...

Precioso Rafa.
Un abrazo.
Mamen.

Amaterasu dijo...

el polvo siempre vuelve al polvo

MaLena Ezcurra dijo...

Terriblemente nostalgioso , casi doloroso.

Es verdad compañero, a veces nuestra existencia depende de estar o no, en la boca del que amamos.

Un beso y bonito fin de semana.


MaLena

Dolo dijo...

Precioso, Rafa. Que siempre te nombren , que siempre nos nombren!!

Dolo dijo...

Precioso, Rafa. Que siempre te nombren , que siempre nos nombren!!

Encarni Mejides dijo...

Que desgarrador llamarse silencio, tristemente hermoso como todo lo que tu pluma derrama.

Besos

Anónimo dijo...

Precioso, bello, desgarrador, nostálgico, triste, doloroso...

Un abrazo.

secretpath dijo...

Extraño el camino que me ha permitido llegar aquí...a veces un error puede tener consecuencias agradables.
¿Puedo quedarme por estos versos adelante?. De nombres que ahora nombra solamente el silencio tengo yo, cómo no, mi parte de experiencia.

Susi