jueves, 8 de mayo de 2008

Declaración de inocencia


“Yo no te pido que me bajes

una estrella azul”…

Pablo Milanés.


I


No,

Nada he de alegar en mi defensa.

Soy responsable de desconocer

Mi presunto pecado y, por lo tanto,

Me proclamo culpable.


II


Pero…

Cómo es posible;

No hay en mis manos sangre;

No, dios, están vacías!

CULPABLE, CULPABLE, MÁS QUE CULPABLE!


III


Qué crimen abjurar

Del signo y de la luz de las estrellas,

Renegar de los sueños.

Mas

Es tanto el desafuero en la vigilia!

Tan inicuo el insomnio!


IV


No,

Nada he de alegar en mi defensa,

Sólo ruego la gracia

De lo efímero,

La merced

Del olvido.


Ilustración: Carlos Ramón.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Adoro tu fecundidad creativa, tu lenguaje exasperado y denso con que expresas ese ansia arrolladora que nunca haya su sosiego en la paz de cualquier encuentro, donde vas trenzando y mezclando una misma sustancia.

Un beso, grandote

Anónimo dijo...

si necesitas un abogado experto en decepciones, un letrado curtido en desengaños...ya sabes.

Anónimo dijo...

Y qué difícil es que el olvido nos sea concedido...

Anónimo dijo...

Sólo te pido que mi espacio llenes con tu luz....

bellísima... es toda una "declaración".... pedirle al ser querido su presencia, nada más, sólo eso y sin embargo.... nada menos, tanto


No reniegues de los sueños, Rafa, querido poeta ,ni de la luz de las estrellas; que, aunque el insomnio sea permanente, siempre habrá un efímero momento en que la calma nos conceda esa merced del olvido


Un abrazo desde Eea

Anónimo dijo...

Estoy sincera y gratamente impresionada con lo que leo aquí y con los comentarios que has dejado a mis escritos.
Agradezco tus visitas y las valoro enormemente. Me vas a permitir que me quede con una idea preciosa: tus últimos versos:
Sólo ruego la gracia
De lo efímero,
La merced
Del olvido.

Es pura elegancia, auténtica belleza.
Y una auténtico placer leerlos
Un abrazo
Kit

Anónimo dijo...

Ojalà lo consigas, sentirse culpable es tan inùtil, amigo, tanto...que nada remedia y nos esposa al dolor.
Un abrazo,que me es preciso darte.