Lo de ayer en el Congreso de los Diputados fue poco más que un deplorable esperpento rayano con el enaltecimiento del to(n)talitarismo. Algún magistrado independiente -aún conservo alguna esperanza de que esto no sea del todo un claro ejemplo de oxímoron en la España actual- debería iniciar los procedimientos necesarios para investigar y, en su caso, procesar a los "tititrileros" que desde la más oscura tramoya han manejado los hilos de tan valleinclanesco espectáculo. Y ojalá ocurriera en breve algún inimaginable prodigio para que estos títeres de hoy fuesen sustituidos de manera definitiva por aquellos que deberían haber sido desde sus inicios y para siempre los verdaderos actores de nuestra ahora agonizante sin casi haber nacido democracia: los Pueblos de España.
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