jueves, 2 de enero de 2014

Sismo


No arengo con la voz del arte,
esa luz que hace cuánto
encendió un alarido
y husmea desde entonces con porfía
un no sé qué remoto que no existe.

Mi lenguaje es más tosco,
lamento primigenio del que arriba
a la luz escupido por el útero
infecundo del caos
y comprende de súbito el horror de las sombras.

Ilustración: Fernando Ureña Rib

2 comentarios:

Anónimo dijo...

nihilismo resacoso post fin de año

Vivian dijo...

Es hermoso!
(…un no sé qué remoto que no existe)

Me encanta.
Besos Rafa