jueves, 3 de junio de 2010

-&-


"Tú me diste una tarde de luz mediterránea
y yo te regalé mi timidez primera.
La dejé entre tus manos
-como quien deja al alba
su última moneda-.
La perdida niñez, la fugaz primavera..."

Marisa de la Peña
Tú me diste un ocaso sin océanos,
en medio de un erial vasto y desértico,
mientras yo te entregaba mis veneros.
Los dejé entre tus labios
-cual óbolo a Caronte-
como quien deja el alma,
la perdida esperanza, la fugaz existencia...