jueves, 17 de enero de 2019

Valor y precio


Usaba las palabras como piedras.
Las lanzaba con todas
sus fuerzas contra el agua
a orillas del océano.
Todos le criticaban
su empeño contumaz y sin sentido.
Pobre bufón, decían
de él los magnos doctores
de orejeras y eclipse,
burlándose con saña.
Hasta que un día, a la vuelta
de la mar, les mostró
el modo de llegar a un nuevo mundo.
Afortunadamente
para los pobladores de aquel paraíso ignoto,
unas horas después ardió en la hoguera.

 
                               (Cantos de ida sin vuelta.)

1 comentario:

Carlos dijo...

Nadie es profeta en su tierra