viernes, 4 de enero de 2019

AVE de mal agüero


En un contexto, como el actual, de progresivo adelgazamiento de lo público —operado mediante la minoración de los ingresos del Estado a través de una bajada generalizada de impuestos a los privilegiados de tal tenor, que no pueden ser compensados con el incremento de la presión fiscal sobre los empobrecidos—, el poco modélico modelo del tren de alta velocidad al servicio de las élites, siempre será incompatible con un servicio de tren normal —que no lento— que dé satisfacción de un modo digno a las necesidades de transporte del conjunto de la sociedad. Todo esto viene de mucho tiempo atrás. Ya hubo hace mucho quienes lo advirtieron con argumentos bien fundados. El tiempo, por desgracia, ha venido a darles la razón.

1 comentario:

Carlos dijo...

Trenes para ricos y para pobres