viernes, 30 de mayo de 2014

Antipoema

“Sería una catástrofe que prendieran alternativas bolivarianas”

Felipe González Márquez,
traidor de la clase obrera.

Las catástrofes van por barrios
–quiero decir con ello,
la más vasta y tenaz
de todas las catástrofes:
la MISERIA, ese arma
de destrucción masiva
urdida por y para
servir a la codicia.
Van por barrios y siempre
se ceban en las carnes
ateridas y enjutas
de los desposeídos.
Por tal motivo aquellos
traidores codiciosos
aferrados ha cuánto
como las garrapatas
a las sucias poltronas
que alzaron sobre el llanto,
el sudor y la sangre
de los nadie, pregonan
desastrosa cualquier
feliz alternativa
capaz de desarmarlos.
Es la historia macabra
y criminal de siempre:
esa de la tortilla
que antes prefieren ver
quemada a permitir
que alguien le dé la vuelta;
la de las alimañas
que, a fin de disfrutar
su agosto, siembran vientos
para que otros cosechen
gélidas tempestades.
Las catástrofes van por barrios
–los de la periferia–,
pero ya puede estar
llegando el tiempo -el miedo
los delata– en que pasen
a azotar las murallas
del búnker donde gozan
los felones sus muchos
e inicuos privilegios

1 comentario:

Anónimo dijo...

Desde la foto de la tortilla Felipito se ha enriquecido y ha olvidado cómo fue lider de masas