Después de tanto y más
-casi toda una vida-
porfiado en sostener
que el infierno era un bulo,
por fin me he percatado
de mi error y, seguro
de que rectificar
es talante de sabios,
hoy proclamo que existe
y se halla en este mundo.
Y, para más detalles,
decir que es la morada
miserable de miles
y miles de millones
de seres sin futuro;
el reverso, la cruz
de la obscena opulencia
que disfrutan aquellos
con cuentas millonarias,
fruto del esclavismo,
en paraísos fiscales.
1 comentario:
Este reconocimiento es buen camino para tu conversión al modo de Pablo de Tarso. Ahora, a escuchar la palabra de Dios en la primera comución
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