martes, 8 de septiembre de 2009

Desamparo


El sol, la sed: destellos
Rompiendo los cristales;
Dejando entrar el frío
Que se anuncia en la noche,
Hasta brasero y tálamo;
Apagando rescoldos;
Rasgando la pintura
De las paredes huérfanas
Hasta el tuétano exánime.
Después, tras el ocaso,
Un polvo gris de estrellas
Como única esperanza.

1 comentario:

Milena dijo...

Con los cristales rotos es posible que entre el calor del sol

Abrazos