El pan y la palabra

Puede que en el futuro,
si es que la especie humana
no termina extinguiéndose
en unas cuantas décadas
a causa de sus propios
e insensatos desmanes,
la Historia dé por nombre
a esta era en que se inscribe
el siglo XXI,
de las TIC y las redes
sociales. Y, tal vez,
también de la mentira
y, como consecuencia,
la estigmatización de la palabra
—es el maniqueísmo
uno de los mayores
vicios del ser humano.
Pero no es la palabra
nunca ángel o demonio;
la palabra es un útil
comparable a un cuchillo
que puede ser usado
para cortar el pan y repartirlo
o para asesinar
y hacer botín del pan amasado por otros.
La mano, no el cuchillo;
no la palabra, el labio,
son los que determinan
que aquello que sembramos
termine siendo ortiga
o grano. Así, quizás,
debiéramos hablar
más desde el corazón
y procurar partir
siempre el pan con las manos.