viernes, 27 de febrero de 2009

Miedo (por Concha Caballero)


El verdadero miedo no se alimenta de apariciones fantasmales, de muertos vivientes ni de animales mitológicos, sino de la conversión de nuestra vida cotidiana en una pesadilla. El miedo echa raíces en ese preciso instante en el que nuestra vida cotidiana se vuelve extraña y hostil; en el que el amigo se torna enemigo; los vecinos en potenciales cómplices del crimen o el amante se convierte en asesino. El miedo toma consistencia cuando se produce un crimen que pudiera alcanzarnos. No germina en el asesinato excepcional o cuando las víctimas tienen otro color de piel, otra cultura, o pertenecen a ‘un grupo de riesgo’ como las mujeres maltratadas. Esos asesinatos producen rechazo, condena, pero no miedo. El miedo engendra cuando se trata de una familia normal, una chica adolescente y enamorada, una pandilla de jóvenes que vemos todos los días sentados en los bancos de nuestras plazas. El verdadero terror se produce cuando lo que creemos que solo puede ocurrirle a otros, se produce en vidas similares a las nuestras. Pensamos, entonces, que el desorden introducido por el crimen, se resuelve con más orden, con mayor dureza, con mayor control. Aplicamos esta máxima sean cuales sean las circunstancias y los orígenes del hecho, sin razonar en exceso.

Se formula un juicio paralelo, no al asesino y a sus cómplices, sino a toda la juventud, al sistema educativo y al propio estado de derecho. Se comenta que todo esto pasa por una educación demasiado benevolente, por la falta de valores de los jóvenes, por un modelo judicial y penal que no escucha a las víctimas sino a los delincuentes. Es tal la fuerza de este discurso que ha llegado a impregnar las decisiones judiciales, sustrayendo el caso a su tipificación como violencia de género (curiosa muestra inconsciente de que se concede a los crímenes de esta naturaleza un valor inferior, aunque sus penas puedan ser mayores), al poder político que deseoso de fotografiarse con el dolor acepta o promueve el debate autoritario de la cadena perpetua, y de forma singular a los medios de comunicación que, en distinto grado, han colaborado en convertir este asesinato en un espectáculo degradante. Pero, a pesar de la marea social que reclama orden y mano dura, no encuentro ni una sola razón que avale que este crimen se produce por la permisividad del sistema educativo, la sobreprotección de los adolescentes, la falta de autoridad o el uso de las redes sociales en internet. No encuentro ni un signo de facilidad en la vida del autor del crimen, un joven abandonado por el padre, maltratado por su madre, huérfano y casi sin familia, solitario y sediento de afectos. Es más bien una historia de abandono, de desprotección y de falta de redes sociales.

Veo mundos terribles en los que una madre paralítica azota a un adolescente; en el que una niña de apenas 14 años convive maritalmente con un mayor de edad con la aprobación de su madre, sin que se alerten los servicios sociales públicos, o medios de comunicación que compran a precio de saldo la intimidad de menores que debieran estar protegidos. Nada de esto justifica el crimen, ni nos hace simpatizar con el asesino, pero explica mejor los hechos. No ha sido la benevolencia del sistema educativo, ni el excesivo cuidado de la familia lo que ha generado estos monstruos, sino la exclusión social, la lucha sin cuartel por la vida, las realidades ocultas que no queremos ver tras el igualitarismo aparente del consumo. Por eso, en vez de salir a la calle para reclamar la cadena perpetua habría que hacerlo para demandar atención a la exclusión social aunque sólo sea porque, de no hacerlo así, salpicará nuestras tranquilas vidas irremediablemente.

Concha Caballero es profesora de Literatura.

jueves, 26 de febrero de 2009

Viajeros del destiempo


Atónitos y ocultos por las sombras
Que anegan al ocaso los andenes
Se sientan a esperar igual que etéreos
Espectros sin reflejo ni equipaje:
Sin brújula, horizonte ni billete
De vuelta en sus entrañas perforadas
Carece de sentido hacer maletas
Por mucho que les pese su ardua carga.
Ahorrando siempre tiempo, se hizo tarde;
Sus hálitos se expanden como bruma
Borrando cualquier huella hacia el futuro
Y, turbios, saturando en sal y herrumbre
Las horas sin tictac de los relojes.
Jamás cruzan con nadie sus miradas
Por miedo a ensombrecer a otros el alma
Ni alcanzan a enfrentarse a los silencios
Que inicuos les oprimen la garganta
–Se niegan a infectar de insomne estrépito
Los tímpanos y el cántico del alba.
A veces en la noche pasan trenes
Con plazas disponibles que parece
Que ciertos y anhelantes los reclaman;
Mas tanto engaño antaño de espejismos
Quebró como al cristal sus esperanzas.
Y así sus pies de mármol polvoriento
Castrados de dolor viajan inmóviles
Por vastas catacumbas conformadas
De un vacuo territorio en el destiempo.

miércoles, 25 de febrero de 2009

Sequía


Quién sabe,
Aún pudiera ser que otra vez lloviese
Al filo de la aurora
De un veintidós de octubre.
Que de nuevo a las ocho menos cuarto
De esa mañana gris tú me ofrecieses
Tu luz y tu paraguas
Hasta estar guarecidos,
Y entonces arreciase
Brutal el aguacero
Para que yo, en lugar
De anclarme a la tormenta,
Tomado de tu brazo me fuese caminando
En pos del arco iris.
Quién sabe…

Y qué...


Y qué hago yo escribiendo estos poemas;
Mi aliento, mis pupilas, mis muñones

Muertos

------------- Qué hacen cantando.

martes, 24 de febrero de 2009

Fosforescencia


Los ojos aún abiertos de lo extinto
Fulguran con los póstumos destellos
Que exhalan siderales catacumbas.

Cataratas


Colegí que anochecía,
Mas no fue más que un relámpago.

lunes, 23 de febrero de 2009

Febrero


El cálido horizonte se diluye,
Gastado por un mar vociferante,
Y abate un viento gris la luz celeste
Borrando por los muelles con su aullido
Voraz de las pupilas la esperanza.
Los barcos que quedaron en el puerto
Repliegan frente al miedo su velamen,
Y heladas y sin brillo las arenas
Se amparan como espectros en las dunas
Ungidas de juncales doblegados.
A mares se desploma el firmamento,
En tanto las gaviotas, presurosas,
Se baten en alada retirada,
Y gime entre las olas colosales
El alma sin retorno de un marino
Perdido para siempre en la nostalgia;
De lágrimas rebosa un tatuaje:
Los huérfanos del mar lactan ausencia.
La espuma, antaño suave como lazo,
Se muda en guillotinas aceradas
Que escinden con su sal la exangüe amarra
Que, gélida, se oxida en un ocaso
De sierpes de oro atroz petrificando.
Deslavazado, a pie de playa, escucho
Los gritos apagados de un naufragio
Que apenas ya divisa en la tormenta,
El lánguido y falaz candil del faro.

(Con)ciencias


La Ciencia, a menudo, no es más que una cándida doncella obligada a prostituirse para acallar con-ciencias.

domingo, 22 de febrero de 2009

Dos cigarrillos (un poema de Cesare Pavese).


Cada noche supone la liberación. Se contemplan los reflejos
del asfalto sobre las avenidas, que se entregan, lucientes, al viento.
Cada esporádico transeúnte tiene un rostro, una historia.
Mas ya no hay cansancio a esta hora: quien se detenga
a encender una cerilla tendrá a su alcance millares de faroles.

La llamita se extingue ante el rostro de la mujer
que me ha pedido fuego. La apaga el viento
y la mujer, frustrada, me pide otra cerilla
que, a su vez, se extingue: ahora la mujer se ríe quedamente.
Aquí podemos hablar en voz alta y gritar,
ya que nadie nos oye. Alzamos la mirada
hacia las numerosas ventanas –mortecinos ojos durmientes–
y aguardamos. La mujer se encoge de hombros
y se queja por la pérdida de su chal coloreado
que, de noche, le servía de estufa. Pero basta con arrimarse
a una esquina y el viento ya no es más que un soplido.
Sobre la calzada, consumida, hay una colilla.
Aquel chal procedía de Río, pero la mujer dice
que le alegra su pérdida, puesto que me ha encontrado.
Si el chal procedía de Río, hizo un viaje nocturno
sobre un océano bañado por la luz del gran trasatlántico.
A buen seguro, en noches ventosas. Era regalo de un marinero.
Se esfumó el marinero. La mujer me susurra
que, si subo con ella, me enseña su retrato
ensortijado y tostado por el sol. Viajaba en navíos cochambrosos
desoxidando las máquinas: yo le gano en belleza.
Sobre el asfalto hay ya dos colillas. Miramos hacia el cielo:
la ventana de allá arriba –me indica la mujer– es la nuestra.
Pero allí arriba no hay estufa. De noche, los navíos perdidos
tienen luces escasas o nada más que estrellas.
Cruzamos la calzada cogidos del brazo, jugando a calentarnos.

Traducción de Carles José i Solsora.
Edición de Italo Calvino.

viernes, 20 de febrero de 2009

Ausencia de Eva


Tú abriste el hueco
que hay en mi costado;

infausto,
purulento,
desangrándome.

jueves, 19 de febrero de 2009

Maraña



Mi padre, tan curtido en desengaños,
Solía repetirme, inapelable,
Igual que aquél que emite una sentencia:

“Que nunca te domine el corazón;

Cuando eso nos sucede, la esperanza
Dejamos, sin cauterio, hecha jirones,
Rendida y para siempre en los zarzales
Que, obstrusos, enmarañan nuestra senda”.

Mi padre, que a menudo erraba el tiro,
Lo puedo ya decir por experiencia,
No estuvo equivocado en tal aserto.

Mas qué regusto dulce en la derrota,
Por nunca haber seguido su consejo,
Sabiendo que, aun a ciegas y perdidas
Mis vanas ilusiones y hasta el vuelo,
Aún sigo conservando, en mi fracaso,
Rebelde, el entusiasmo por la búsqueda.

miércoles, 18 de febrero de 2009

reflejos


Como caricia leve de mariposa

sutil

Como besa la luna a la hiedra

así

tu mirada en mí.



Turbia mirada
la que elevan al cielo
mis ojos tristes;
mas de súbito brilla,
reflejo en tus pupilas.

martes, 17 de febrero de 2009

Implosión



Proscrita la palabra, atroz lo mudo
Adquiere ese fragor inenarrable
Que estalla en el horror de un bombardeo:
El verbo mutilado se fragmenta
Y vuela enfurecida su metralla
Clavándose en las vísceras del alma
Sin eco que apacigüe su mordida.

La herida que nos abre la nostalgia
Se infecta, desolada, con la asfixia
Que imponen, virulentas, las mordazas;
Y exangüe, sobre el gris de sus vestigios,
Envueltos por el polvo y la ceniza,
Se esculpe demacrado un alarido
Que yace, sin rendirse, derrotado,
Sin aire en su impotencia con sordina

Violenta la instantánea en blanco y negro
Que, gélida, cincela la agonía
Del grito secuestrado en la garganta
De un rojo coagulado se matiza,
Brutal salpicadura de un ensueño
Que, atónito e inerme, gime yerto
Tirado como un perro en el asfalto.

domingo, 15 de febrero de 2009

Vértigo y cal


Mira esta sangre yerma y fría,
Mira estos huesos descarnados,
Este sepulcro de cal viva,
Vértigo y sal, negro de espanto.

Mira estas sombras, esta herida,
Orto desértico, arruinado,
Donde alumbraran las pupilas,
En polvo y alma declinando.

Mira estas órbitas sin vida,
Cauces resecos, agrietados,
Mira sus cuencas ya vacías,
Mira… por ellas… brotó el llanto.

Ilustración: Jan Saudek.

sábado, 14 de febrero de 2009

De bocazas, hipócritas, majaderos, pusilánimes y otras alimañas


Uno cree estar ya curado de espanto. Pero, a veces, la obtusa realidad que manejan algunos vuelve de nuevo a sorprendernos. Hoy es uno de esos días. Y es que soy incapaz de dar crédito a tanta basura engañosa y malediciente como sale de la boca de algunos politicastros de baja estopa. Así, para Jorge Moragas, coordinador de Asuntos Internacionales del Partido Popular, el referéndum venezolano destinado a permitir la reelección presidencial sin límite de mandatos “podría transformar el régimen de Chávez en una dictadura formal”.

¿Qué régimen, Señor Moragas? Hugo Chávez no es perfecto –en absoluto-, podrá gustarnos más o menos, pero ha ganado ya varias elecciones democráticas con el apoyo de la mayoría del pueblo venezolano.

¿Y de que leches está usted hablando cuando se refiere a una posible dictadura formal? ¿Es que acaso piensa usted, Señor Moragas, que en España, donde tampoco hay límites de mandatos para el Presidente del Gobierno y donde el Jefe del Estado lo es de por vida, nos encontramos los ciudadanos inmersos en una dictadura formal? (Yo sí lo creo, pero por otros motivos. Pero de eso ya hablaremos otro día).

Y todos estos despropósitos de Moragas, a raíz de la metedura de pata de otro bocazas inconsciente y descerebrado como es Luis Herrero. El susodicho, invitado –por esa oposición a Chávez cuya vocación golpista es más que patente- como observador para comprobar el carácter democrático del referéndum, va y a las primeras de cambio la caga –perdón por la expresión, pero es que es la que más se ajusta a la metedura de pata del Señor Herrero-, despachándose con que el presidente Chávez –repito, elegido democráticamente por el pueblo de Venezuela- es un dictador.

Algo así, sin duda, no es de recibo en boca de un supuesto observador imparcial. Algo así es más propio de un bocazas sectario y sin el mínimo exigido en diplomacia. Bocazas, sí, más que bocazas.

Así que nadie se escandalice de que lo hayan puesto de patitas en la calle. Es que unas declaraciones así en boca de un observador “imparcial” no se merecen menos.

Pero lo que es aún más lamentable que la cagada de Herrero es que, por tal expulsión, además de preceptiva, más que merecida, el Gobierno de Zapatero se esté pensando no sé que chorradas de quejas formales, llamadas a consultas de embajadores y no sé que otros tipos de majaderías. Todas ellas, sin duda, fuera de lugar. Herrero ha sido expulsado de Venezuela merecidamente; por bocazas, por descerebrado y por dedicarse a hacer campaña cuando su misión era la de simple observador.

Y lo que ya clama a los cielos –y es que, aunque sean odiosas, no puedo resistirme a hacer comparaciones- es que estos patéticos socialistas de pacotilla se estén tomando tan a pecho este asunto y no movieran ni uno sólo de sus puñeteros dedos manchados de sangre cuando estas semanas atrás los nazis sionistas se han dedicado con encono a masacrar al pueblo palestino. Por cierto, Herrero podía haberse dado un paseo por allí y, por ejemplo, haber llamado a Tizpi Livni maldita genocida. Pero para eso sí que hay que tener un par.


viernes, 13 de febrero de 2009

Lejos del Parnaso


A Hernán Sicilia

No busques la simiente de mis versos

En Erato, Terpsícore ni Euterpe;
Mi cántico es tan sólo el torniquete
Que impide que la herida del recuerdo,

Abierta en mis entrañas sin cauterio,
Derrame con mi sangre, prestamente,
La vida que aún me resta, hecha torrente
De infecto y nauseabundo abatimiento.

Así que, aunque agradezco los elogios,
Probablemente, en mucho, desmedidos,
Que me hacen por poeta los amigos,

Me fuese igual más grato que ese encomio,
El lícito respeto que merece
Aquél que sólo es un sobreviviente.

Ilustración: “El Parnaso”, de Andrea Mantenga (1497)

jueves, 12 de febrero de 2009

|||*|||



Inane empeño
siendo del tiempo títere
variar tu suerte.

Diosa (E.M.R)

Romper los hilos
de araña que nos rinden
al tiempo atados.
Y alcanzar con las alas
la madeja de Ariadna.

miércoles, 11 de febrero de 2009

La escarcha en las pupilas


Esperaba el prodigio de una aurora
Aliviando su piel de la intemperie
Con fragancias de tibia primavera;
Mas, gélida, la escarcha en sus pupilas
Había sacrificado los relojes
Sobre un umbroso altar de eterno invierno.

Esperaba un regazo como lámpara,
Pero era tanto el mármol sobre el cielo
Que ya de las estrellas no manaba
Ni, exangüe, el testamento titilante
De un póstumo fulgor iluminando
La oscura vocación del firmamento.

Esperaba un susurro evanescente
Desafiando la afasia con su aliento;
El presagio de un viento favorable
Quebrando la neblina con su vuelo;
Poder recuperar el horizonte
Cautivo bajo el peso de sus huellas
Indemnes al embate del Leteo.

Mas nunca pudo arder rendido al óxido
Fraguado en la añoranza y la impotencia:
Guerrero de la luz mudado asfalto
A tientas se desangra sin la lumbre
De un sueño que aligere en su espejismo
El lúgubre dolor de sus muñones.

martes, 10 de febrero de 2009

Presentación de “El perfil de los sueños”, de Paco Huelva




Aljaraque, 27 de enero de 2009



¿Qué es la vida? Un frenesí.
¿Qué es la vida? Una ilusión,
un ensueño, una ficción;
y el mayor bien es pequeño;
que toda la vida es sueño,
y los sueños, sueños son.

Pedro Calderón de la Barca



Hoy me trae aquí una enorme responsabilidad, pero también una gran ilusión: la de presentar en público el libro de un amigo. Un libro de relatos al que, para tal liturgia, le son más propicias que otras, estas horas que suceden al ocaso. Y se lo son más que otras porque, en sus páginas, nos introduce de lleno en el recóndito mundo de los sueños y sus innumerables perfiles. Los sueños, esas fantasías necesarias que habitualmente se desarrollan en el ambiguo territorio que toma cuerpo envuelto por las penumbras tanto de la noche, como del subconsciente.

“El perfil de los sueños”, una inquietante aventura onírica de Paco Huelva que a nadie habrá de dejar indiferente.

En "La insoportable levedad del ser", un profundo y bello ensayo novelado acerca del amor, las emociones y la vida, su autor, Milan Kundera, nos refiere:

"El sueño no es sólo un mensaje (eventualmente un mensaje cifrado), sino también una actividad estética, un juego de la imaginación que representa un valor en sí mismo. El sueño es una prueba de que la fantasía, la ensoñación referida a lo que no ha sucedido, es una de las más profundas necesidades del hombre".

Una necesidad, ésta de la que nos habla Kundera, que, por el misterio y la magia que suelen acompañarla, nunca ha dejado de estar presente en el devenir del ser humano, habiendo sido siempre parte destacada de su acervo cultural. Y, ello, desde las primitivas sociedades prehistóricas, donde ya incluso comenzó a atribuírsele un carácter profético, hasta nuestro tecnificado mundo de las tecnologías de la información y la comunicación, en las que la realidad virtual que las preside se nos muestra muy a menudo, por no decir casi siempre, impregnada por ese carácter evanescente propio de lo onírico.

Y, cómo no, los sueños, en el contexto de ese devenir cultural, han estado en todo momento estrechamente relacionados con todas y cada una de las disciplinas artísticas y, entre ellas, con la literatura. Sueños fecundos y, tal y como nos dice Kundera, necesarios, que han sido parte destacada y hasta simiente de un número incontable de obras literarias, tanto en el género poético como en el de la narrativa. Como en “El perfil de los sueños”, esta sucesión onírica de relatos breves que, imaginados por Paco Huelva, nos ocupan esta noche.

Porque hay soñadores para los que, a esa necesidad vital intrínseca inherente al hecho de soñar, por otra parte ya suficientemente probada por la investigación y experimentación científica, se une otra necesidad tan importante o más, si cabe: la de expresar, poner en orden y dar a conocer esos sueños. Soñadores para los que el ensueño adquiere la condición de elemento primigenio, el carácter de caldo de cultivo en cuyas profundidades, en cópula orgiástica y sublime con la creatividad, es engendrada la obra literaria y sus personajes, entes, que pese a morar los etéreos parajes de la ficción, no dejan de ser seres vivos. Como Griego, ese personaje que, en “El tecolote mexicano”, ya cansado de “estar aprisionado en las páginas de un libro”, decide presentarse ante su creador, Paco Huelva, para mostrarle que “la realidad y la ficción son elementos parejos y necesarios para andar por la vida” y lo difusas que resultan las fronteras entre lo cierto y lo soñado.

Quizá uno de los ejemplos más espectaculares y paradigmáticos de esta facultad de los sueños como germen de la ficción literaria, sea el acontecido en relación con una de las obras más inquietantes y geniales de toda la literatura universal: “El Extraño Caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde”, de Robert Louis Stevenson.

Al parecer, en la etapa creativa en la que surgió esta, sin duda impresionante, novela psicológica, el pensamiento de Stevenson se hallaba obsesionado en torno a la idea de la dualidad del bien y del mal, siempre presente en el ser humano, y en como llegar a plasmarla por escrito en una obra de ficción. Y en uno de sus ensueños encontró las claves necesarias.

Así, la señora Stivenson llegó a referir al respecto:

"A altas horas de la mañana fui despertada por gritos de horror de Louis. Pensando que tenía una pesadilla le desperté. Él me dijo furioso ¿por qué me has despertado? Estaba soñando un dulce cuento de terror”; dulce cuento de terror que dio a Stevenson la idea para varias de las escenas que componen “El Extraño Caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde”.

¡Qué no darían muchos creadores por experimentar la angustia de una pesadilla semejante! Y no sólo por tal cosa, sino también por ser capaces de gobernar sus sueños. Porque tomar las riendas de un ensueño no es ninguna quimera, sino algo, no solo posible, sino que sucede en determinadas ocasiones. Son los sueños denominados lúcidos, aquellos en los el soñador es consciente de estar soñando. Un tipo de sueño que puede acontecer de forma espontánea o ser inducido mediante determinadas prácticas, y en el que los soñadores más experimentados son capaces de conducir sus sueños casi a voluntad, viendo cumplidos en ellos, a lomos del alado corcel de la fantasía, sus más utópicos deseos.

Los soñadores que experimentan este tipo de sueños, ya sea de manera espontánea, ya inducida, son conocidos como onironautas. Onironautas, navegantes del ensueño; ¿es posible imaginar un mar más fructífero y sugerente para la singladura de cualquier creador?

Aunque, tal vez, un creador no sea más –ni menos- que un onironauta que ha aprendido a soñar despierto y que encuentra, en el prodigioso territorio del ensueño, inspiración y cobijo. Si es así, Paco Huelva debe ser uno de ellos, un acérrimo navegante del mar de los sueños buscando hacer fructificar en sus aguas, pródiga a la palabra.

En relación con la idea del ensueño como campo de labranza en el que hacer germinar a la palabra, Alejandra Pizarnik –la genial e inimitable poeta argentina malograda prematuramente para desdicha de la lírica- nos dejó dicho en sus versos:

El sueño es una región abandonada
o por lo menos disponible
para la entrada necesaria del verbo.

Pizarnik, noctívaga e insomne onironauta del mar de los ensueños que nunca concibió la vida lejos de sus feraces aguas. Y que así lo dejó también plasmado en un poema, tan intenso y espléndido como breve, al que dio el título de “El corazón de lo que existe”.

no me entregues
tristísima medianoche
al impuro mediodía blanco.

Un lamento, una súplica, quizá una blasfemia a gritos de alguien que, por muy tristes que, en su desvelo, pudieran llegar a ser sus sueños, y por muy amargas que fuesen las criaturas a las que daba a luz en su fecundo proceso creativo, amaba, sin duda, perderse en mitad de la noche en cuerpo y alma. Y que, al mismo tiempo, sentía un pánico brutal a que con la amanecida, ese espacio de sombras que, paradójicamente, para ella emergía con el sol dominando los cielos, apareciese el fantasma de la realidad desolada que la abrumaba devastando sus sueños. Porque, como también nos dijo Roberto Juarroz en uno de los poemas de su “Poesía vertical”,

El congregado gesto con que sueño
la cuota irremediable de mis miedos
sabe que el sueño suficiente de una cosa
es su único nombre verdadero.

Desafortunadamente Pizarnik, al igual que Alfonsina, Silvia Plath, Antonin Artaud, Cesare Pavese, Marina Tsvetaeva o, entre otros muchos, José Agustín Goytisolo, quizá ya hastiada de recibir a ese fantasma, o pudiera ser también que ávida por ir a la búsqueda de poemas nuevos, y con su alma requebrada por una voz antigua de viento y de sal reclamándola, decidió marcharse prematuramente un día aciago hacia un sueño incierto y desconocido; el ultimo sueño.

Se equivocó. Se equivocó porque ese es un sueño vacío de sueños que más tarde o más temprano a todos nos aguarda. Y, hasta su llegada, qué mejor que seguir soñando pese a la aurora cegadora; qué mejor que aferrarse a los sueños por muy acerados que se puedan llegar a mostrar sus perfiles, qué mejor que seguir jugando a ser deidad omnipotente, creadora del cielo y de la tierra en ese espacio ficticio, pero plagado de vitalidad y hermosura, de las letras.

Porque el creador, siempre y cuando la humildad se cuente entre sus virtudes, también, a su manera, es un dios. Aunque nunca haya habido dioses verdaderos, aunque sólo se trate de una deidad efímera que se daría por satisfecha con que durante algún tiempo le sobreviviese su obra. Augusto Monterroso nos dijo:

“Dios todavía no ha creado el mundo; sólo está imaginándolo, como entre sueños. Por eso el Mundo es perfecto. Pero confuso”.

Como la Fábula de Píramo y Tisbe de Góngora, como la Gioconda y su indescifrable sonrisa, como el Concierto para oboe en Re menor de Benedetto Marcello, como Notre Dame asomándose al Sena, como Saturno devorando a sus hijos, como la Danza de los cisnes, como El rapto de Proserpina de Bernini, como La Belle de Jour de Buñuel, como los sueños y sus infinitos perfiles… Porque, entre otras muchas cosas, los sueños son, y tomo para definirlos algunas de las palabras que dan título a los relatos contenidos en este “Perfil de los sueños”,

Amor, señales, confusión, utópica
Felicidad, caminos paralelos,

Locura, madrugadas, añoranza,
Vencejos, obsesión, descubrimiento,
Sospecha, soledad, íntimo grito,

Quimera, miedo, tránsito, mujer
Desconocida, a veces citación,
Impotencia, invasión, amante, el fuego,
El sustento, el olvido, soledad
Y esperanza, cuestiones
Inexplicables…

Así que, como Paco Huelva, nunca dejen de soñar ni traten de hacerlo como Alejandra Pizarnik en su último sueño. Por si aquellos versos de Calderón estuviesen en lo cierto.

El perfil de los sueños y Paco Huelva, un soñador que siempre encara la vida de frente y con mente y brazos abiertos.

lunes, 9 de febrero de 2009

En el retrovisor



En el retrovisor, mis ojos rojos
Delatan un amargo llanto
De sed, de sal y olvido.

No hay signos que aún anuncien
El filo gélido del alba
Rindiendo el estertor de las estrellas;
Mas nunca han precisado mis pupilas
Augurio diferente al de las lágrimas.

Se mezcla su sabor, cuando las trago,
Al jugo corrosivo de las náuseas
Que suben a bocados y zarpazos
Del fondo de la entraña a la garganta
Nublando así mi grito en frío sollozo,
En tanto que el asfalto, gris, me acerca
A un nuevo amanecer sin luz y sin motivos.

domingo, 8 de febrero de 2009

La agonía en el verso


Perdida para siempre la esperanza,
Los huesos de la entraña hechos jirones
E, inerme sobre el campo de batalla,
Mi sangre alimentando, herida, al légamo,
Tan sólo me ha salvado del abismo
La frágil ilusión que cada noche
Sin ánimo he inventado en el poema.
Mas todo afán termina doblegado
Si no alcanza a romper la piedra firme
Que aplasta su clamor bajo el silencio.
(Escucho aproximarse a los caballos
Que traen sobre sus lomos, al galope,
La noche más oscura, el fin del mundo).

sábado, 7 de febrero de 2009

La Consejería para la Desigualdad y el Malestar Social de la Junta de Andalucía arrebata una niña a sus padres


El pasado 7 de enero, en el Hospital Puerta del Mar de Cádiz, nació Esmeralda, colmando de felicidad a sus padres, Sara y David, dos discapacitados psíquicos en paro y sin recursos económicos.

Dos días después, la Consejería para la Desigualdad y el Malestar Social de la Junta de Andalucía que, junto con el resto de los integrantes del Gobierno Andaluz, tanto presume de sus esfuerzos por la eliminación de barreras y la integración de los discapacitados, procedía a secuestrar a la niña arrebatándola de los brazos de su madre. Hipócritas.

Sí, un secuestro con alevosía que ya venía siendo proyectado desde que los Servicios (anti) Sociales de la Junta de Andalucía, integrados para este caso sin duda alguna por un atajo de insensibles y despiadados discapacitados emocionales, supieron del embarazo de Sara. Fueron los propios David y Sara los que se dirigieron a los citados Servicios (anti)Sociales para, ante el temor de que su hijo naciese en situación de desamparo, solicitar ayuda de la administración.

Pero no se puede pedir peras al olmo. Las posibles soluciones que les ofrecieron sólo pueden ser calificadas de miserables y más propias de sociedades donde la pureza y la perfección de la raza se convierten en aberrante leitmotiv del mal gobierno ejercido por unos politicastros sin escrúpulos que de una Comunidad Autónoma como la andaluza que se considera democrática. Éstas fueron abortar, entregar a su hijo a un familiar próximo –alternativas, si es que pueden ser así llamadas, a las que se negó la pareja- o que antes del alumbramiento hubiesen salido por sus propios medios de su situación de desamparo, dado que la administración no estaba dispuesta a prestarles ayuda alguna al respecto. Canallas. Miserables.

Y así, el 9 de enero –y al nauseabundo estilo de Harry el sucio, que en primer lugar disparaba y después procedía a efectuar las preguntas, o de las unidades Precrimen con las que Philip K. Dick y Steven Spielberg nos ilustraron en Minority Report-, unos Servicios (anti) Sociales incompetentes, tras una dejación criminal y absoluta de sus funciones, arrancaron a Esmeralda de los brazos de su madre. Salvajes.

La discapacidad está sobre todo en los ojos del que mira. Sí, y este caso nos demuestra que Micaela Navarro, Consejera para la Desigualdad y el Malestar Social de la Junta de Andalucía, su delegada en la provincia de Cádiz, Manuela Guntiña, y los funcionarios de medio pelo que tan lamentable e incompetentemente se han ocupado de este caso –por haber visto discapacidad para dar amor y amparo donde probablemente exista todo lo contrario- no están, respectivamente, capacitados para Gobernar o administrar ni siquiera una comunidad de vecinos, ni para trabajar en algo tan delicado y, a la vez, tan importante, como los Servicios Sociales. Incompetentes.

Un caso en los que las diferencias de Sara y David han sido tratadas como un delito y ellos como delincuentes sin derecho a la presunción de inocencia ni a defenderse. Dos seres humanos tratados al modo en que trataría un estado fascista a aquellos que son diferentes. Condenados a perder su hijo no porque se hayan mostrado incapaces para cuidarlo, darle amor y educarlo, sino porque tal vez eso pudiese suceder. Un caso en que la Consejería de Bienestar Social ha demostrado lo inútiles que pueden llegar a ser los que la dirigen y gestionan y como tan sólo se trata de una Consejería fachada para ocultar que al Gobierno de Andalucía se la trae al fresco el bienestar de los ciudadanos, en especial el de aquellos que son diferentes y tienen, por ello, necesidades perentorias que deberían ser cubiertas por la administración con los impuestos que todos los andaluces pagamos y que los gobiernos mal llamados socialistas de España y Andalucía se dedican a repartir alegremente entre adinerados empresarios y banqueros y todo tipo de mangantes de cuello blanco.

¿Qué se podría exigir ante tanto despropósito? En primer lugar, y de manera urgente y prioritaria, Justicia. Que Esmeralda sea devuelta a sus padres y que los Servicios Sociales de la Junta de Andalucía se ocupen de ofrecerles las condiciones necesarias para que pueda permanecer a su lado.

Y después, sin duda, la dimisión de la Consejera y su Delegada provincial –algo que, por supuesto, nunca harán, pues para ello sería preciso que contaran con los atributos de la responsabilidad y vergüenza política en lugar de con esa discapacidad manifiesta para la empatía y el gobierno de los asuntos públicos-, así como que los funcionarios que se ocuparon del caso en cuestión sean expedientados y pasen a ocupar puestos en los que para nada tengan que tratar directamente los problemas de los ciudadanos. Para que nadie más tenga que pasar por el calvario por el que están pasando David y Sara.

En la imagen: Micaela Navarro, Consejera
para la Desigualdad y el Malestar Social de la
Junta de Andalucía y discapacitada emocional.

jueves, 5 de febrero de 2009

Dilación


El último jinete se aproxima
A lomos de un ocaso desbocado.

No tiemblo; miro al sol con ojos ciegos,
Ansiando que su espada me arrebate
La esquiva e incierta luz de esas estrellas
Que emergen incipientes a mi espalda
Y nunca alumbrarán ya mis pupilas.

Tras una pavorosa carcajada
Formada de penumbras y silencio
Me mira con desprecio y galopando
Se aleja sin piedad y me abandona
En medio de esta noche que es preludio
De un nuevo amanecer de hosca invidencia.

miércoles, 4 de febrero de 2009

Fantasmas (II)


La vida es un bajel lleno de sueños
Que boga sin gobierno ni bitácora
Por aguas donde acecha el abordaje
Seguro de un fatal filibustero.

Y al fin cuando, infalible, en su cubierta
Voraz irrumpe el fúnebre pirata,
A golpe de guadaña hurta el tesoro
Y anega las bodegas de Leteo.

No obstante, en ocasiones, la galerna
Azota con tal fuerza vela y mástil,
Que piérdense los sueños por la borda
Mucho antes de que nuble el horizonte
Un cráneo descarnado por bandera.

Y, huero, en su bogar sobre las olas,
Noctívago, el bajel se muda en bruma,
Y, espectro, el capitán, prendido al puente,
De llantos abarrota la sentina.

martes, 3 de febrero de 2009

Fantasmas


Debajo de la herrumbre que, salobre,
Atasca los relojes con su manto,
Acechan expectantes las cenizas
Del tiempo que no fue bien apagado.

Todo está en calma, parecieran muertas.

Mas sopla con la noche un viento insomne
Que aviva los rescoldos de los sueños,
Y emerge un fuego herido a campanadas
Del fondo gris y helado del silencio.

Y el aura de las huellas devastadas,
Como alma en pena ungida de destiempo,
Crepita, con las doce, condenada
Al ser de nuevo piel de ansias ardiendo.

Insomnio crónico




A María Narro.

Hacía décadas que apenas pegaba ojo. Y es que la monotonía que ahogaba su vida había calado ya tan hondo que, hasta cuando las contaba durante la noche, se le terminaban durmiendo las ovejas.

lunes, 2 de febrero de 2009

Apología del terrorismo


A vosotros, poetas

"Quando dou pão aos pobres, chamam-me de santo, quando pergunto pelas causas da pobreza, me chamam de comunista."
Monseñor Hélder Câmara


Quisiera ser un fiero guerrillero
Que, armado de la paz y la palabra,
El mórbido dolor que asola al mundo
Hiciese reventar, pleno de espanto,
En aras, ministerios y despachos
De obispos, gobernantes y banqueros.

Quebrar sus corazones diamantinos
Con pólvora y metralla de malaria,
Y el hambre de ese niño desahuciado
Que mama, sin futuro, de los pechos
Henchidos de miseria de una madre
Tan pobre que carece hasta de llanto.

Cargar contra sus sienes la penumbra
Del fúnebre fusil con el que engordan
Vendiéndolo a asesinos desalmados
Que, en nombre del mercado y dioses falsos,
Manchando están lo justo con la sangre
De inermes inocentes masacrados.

Echarlos a las redes de las sucias
Y hediondas alimañas proxenetas
Que, en cuerpo y alma, viles, prostituyen
El poco porvenir con el que cuenta,
Asida entre sus garras criminales,
La cándida mujer empobrecida.

Quisiera con la paz y la palabra
Y el éxodo y el llanto del poeta
Clavarles en los tímpanos y entraña
El quid de esa pregunta a la que nunca
Quisieron ni querrán rendir respuesta…
¿Por qué no hay ya zapatos para todos?

Mas no soy León Felipe, Otero o Câmara
Sino un sumiso bardo pusilánime
Cagado de pavor ante la idea
De ver como se esfuman como el humo
Las sórdidas migajas con que pagan
Mi cómplice silencio esos gusanos.

domingo, 1 de febrero de 2009

El programa "Mesías"


Año 13 de la Era Tecnológica, correspondiente al 2069 después de Jesucristo del antiguo calendario gregoriano. La degradación del planeta ha llegado a tales extremos que se ha estimado que, de no encontrarse una solución tecnológica a corto plazo, cualquier ser vivo pluricelular terminará por desaparecer de La Tierra en no más de dos décadas. La temperatura ha subido globalmente doce grados centígrados respecto a la de principios del siglo XXI. Las reservas naturales de agua potable han quedado confinadas a unos reducidos enclaves de hielos perpetuos en la Antártida y, en menor medida, en el Ártico, que, en contra de lo que se había previsto, aún conserva una exigua superficie con hielos permanentes. Por su parte, el agua aportada por las potabilizadoras nucleares gestionadas por el Consorcio Global del Agua resulta insuficiente para abastecer mínimamente a la población mundial. La superficie forestal que aún se conserva no llega al uno por ciento de la existente hace cincuenta años y lso niveles de contaminación atmosférica han alcanzado una situación más que crítica.

Sus creadores, entre los cuales me llegué a encontrar, la llamaron Beatriz. Cualquiera que la pudiera ver diría que se trata de un ser vivo. Pero es un híbrido. En más de un noventa y nueve por ciento está constituida por tejidos vegetales, pero éstos no están sometidos a ningún tipo de sustitución o renovación celular. No envejece, por lo que técnicamente se podría decir que está muerta. El resto de su composición es de origen artificial; miles de microscópicos nanochips que funcionan sin necesidad de ningún procesador central de datos y que interactúan entre ellos y con el tejido vegetal para que el conjunto de sus mecanismos efectúen las funciones para las que fue diseñada. Opera con el aporte energético de una batería de cobalto de última generación que le confiere una autonomía cifrada en más de quinientos años. No necesita mantenimiento. Su aspecto exterior, en su parte leñosa, es muy parecido al de un rosal, especie que en la actualidad se encuentra al borde mismo de la extinción, en tanto que la parte carnosa tiene una semejanza casi mimética con las hojas y la flor del magnolio, una de las especies vegetales con flores más antigua de entre las conocidas, la cual hace ya más de una década que desapareció irremisiblemente.

Es un prototipo de trece metros de porte, aunque los investigadores que trabajan en su mejora creen posible reducir considerablemente sus dimensiones en un futuro inmediato. Producto estrella del programa de investigación “Mesías”, desarrollado en las instalaciones centrales de Agencia Interestatal para la Detención del Armagedón, está considerada como el mayor avance científico de todos los tiempos.

Se aloja en un inmenso invernadero –protegida celosamente por los cuerpos de élite de las brigadas policiales del Consorcio Global del Agua- y sus hojas pueden llegar a producir durante el día hasta quinientos metros cúbicos de oxígeno, en tanto que por la noche sintetiza más de una tonelada de carbono atmosférico dando lugar a una sustancia verdosa con propiedades alimenticias que es almacenada en grandes tanques de aluminio, programados para mantener una temperatura constante de dos grados centígrados sobre cero. Su sabor es horrible, pero eso carece de importancia. Nada que no puedan solucionar fácilmente los eminentes científicos de la AIDA.

En sus aparentes flores tienen lugar una serie de reacciones químicas destinadas a captar y sintetizar más de quince mil sustancias contaminantes de las presentes en la atmósfera. En este proceso se generan unos residuos líquidos de una elevada toxicidad que están comenzado a ser almacenados en el Depósito Especial de Alta Seguridad de Wieliczka, una gran mina de sal situada en las proximidades de la desaparecida Cracovia, en la que fuera la antigua Polonia, y que en tiempos constituyó un atractivo reclamo turístico al contar en su interior con una iglesia ubicada a ciento veinte metros de profundidad y con unos quinientos metros cuadrados de superficie. Hoy ha pasado a ser el oscuro santuario en el que se pretende confinar a todos los demonios liberados desde la caja de Pandora de la Ciencia.

Es, en parte, fruto de la imprevisibilidad y la casualidad que presiden cualquier tipo de investigación científica –aunque hacer hoy semejante afirmación sea considerado como uno de los más graves delitos posibles- y ni sus propios creadores hemos sido capaces de desentrañar hasta el momento la totalidad de los entresijos que propician la realización de sus funciones. Lo cierto es que es capaz de procesar toda la información fisicoquímica y ambiental de su entorno –es un enigma el alcance de su radio de acción en este sentido- y tomar en cada momento las decisiones más apropiadas para optimizar su rendimiento.

Ya sé que anteriormente he dicho que Beatriz no puede, técnicamente, ser considerada como un ser vivo. Pero anoche murió. El portavoz de la AIDA, el general de Brigada Adolf C. Truman, ha difundido en conferencia de prensa la desesperanzadora noticia a primeras horas de la mañana.

Según la versión oficial, una reacción inesperada en su batería de cobalto ha inutilizado de forma irreversible el prototipo, esperándose que en el plazo máximo de un año pueda entrar en funcionamiento el nuevo modelo mejorado en el que incansablemente se halla trabajando hace meses la totalidad de la plantilla de científicos de la Agencia, para, tras un corto periodo de pruebas, comenzar su fabricación en serie.

Pero los motivos de la muerte de Beatriz han sido otros; unos motivos tan preocupantes que la Presidencia Colegiada del Consorcio Global del Agua, cuyo mandamiento inviolable se asienta en fe absoluta que hay que rendir a la infalibilidad de la tecnología, ha decidido ocultarlos a la opinión pública. Pero yo, aunque me cueste adelantar unos años la tácita condena a muerte que pende sobre mi cabeza, no puedo permanecer en silencio. Espero que la férrea vigilancia a la que han sido sometidas mis comunicaciones desde que fui apartado del proyecto no impida que éstas, que probablemente sean mis últimas declaraciones, salgan a la luz.

Tal y como había anunciado que sucedería, la enorme complejidad del proyecto ha hecho que finalmente se nos fuese de las manos. Al igual que desconocíamos parte de los procesos que hacen funcionar a Beatriz, así nos era imposible prever la posibilidad de que apareciesen con el tiempo nuevas funciones imprevistas. Beatriz no sólo ha llegado a procesar con precisión toda la información necesaria de su entorno para tomar decisiones en función de la misma, sino que ha comenzado a sentir y a diferenciar lo hermoso de lo grotesco, lo correcto de lo incorrecto, la primavera del invierno, lo humano de lo insensible, la vida de la muerte.

Tras estudiar pormenorizadamente el funcionamiento de los ejemplares existentes en el jardín de lilas ubicado en uno de los invernaderos contiguos al que habitaba, ha comenzado a sentir su aroma, sus colores, sus ritmos, su humedad, su frescura, su vida. Y esto ha desencadenado en ella un nuevo proceso inesperado: Beatriz ha comenzado a desear. Y ha deseado ser, como esos bellos arbustos, también un ser vivo. Inmediatamente ha comenzado a procesar todos los datos necesarios para su objetivo, pero, finalmente, ante la imposibilidad de cumplir su deseo, ha decidido poner fin a su funcionamiento; auto-terminarse.

No puedo extenderme en más detalles. En estos momentos veo, en los monitores de vigilancia anti-intrusos situados frente a mi escritorio, como una decena de agentes de la Brigada Antiterrorista de la policía del Consorcio irrumpe en la planta baja. Hasta siempre.

Nelson Biko,
en Zúrich,
a 39 de neumann-oppenheimmer del año 13 ET.

INTRO

Imposible realizar conexión.

Su acceso a la red de comunicaciones del CGA está temporalmente inhabilitado por motivos técnicos ajenos a nuestra responsabilidad.

Vuelva a intentarlo más tarde.

Agosto de 2006.

Sin presente


Se va durmiendo el día y, sin aliento,
Imploro que el insomnio no me acose
Uniéndose al mordaz y huero hastío
De otra noche de eclipses.

Se va durmiendo el día y sólo ansío
Poder dormir tan calmo y hondamente
Como un decapitado sin ensueños;
Ajeno descansar al sonsonete
Que itera sin sosiego que, igual que ayer, mañana
Será otro día perdido.