amanece de nuevo la necrópolis
sin flores germinando en sus parterres
y una lila de plástico celeste
ulula sempiterna entre cenizas
los sudarios
cubiertos de salitre
lloran sangre
sobre el lecho de arena sin aliento
la herrumbre putrefacta de las horas
desgarra las entrañas de la noche
y extirpa sin piedad su útero inerme
a qué cielo emigró la mariposa
que alzase el vuelo erguida en sueños glaucos
acaso no recuerda ya los nombres
pintados de granate en su periplo
las alas de la flor se han vuelto abismos
apenas una luz frugal sin lengua
silencio amarillento en que se quiebra
la esquina más anónima del viento
2 comentarios:
Es precioso, Rafa, ¡Qué curioso, es triste y sin embargo me llena de ternura, de rojiamarillo verano, de aleteo de mariposas !
Un abrazo , Poeta querido !
Es cierto, surgen sentires contradictorios al leerlo.
Queda un abrazo y la huella de la visita a tus versos enormes, Isa
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