miércoles, 30 de marzo de 2011

El espejo de la melancolía (IV)


varados la palabra y el deseo
ya sólo ha de esperar la sed sin luna
que suba la marea

El espejo de la melancolía (III)


se ahoga en la palabra
la sed glacial que escribe sus memorias
con sal sobre la nieve

El espejo de la melancolía (II)


el río y la hidrofobia
y en la margen contraria
desafiando a la sed
el agua sin orillas
sin boca el agua el agua

martes, 29 de marzo de 2011

El espejo de la melancolía (I)


postrados frente a un ídolo de barro
el párpado y la lágrima se funden
rendidos al dictado de las sombras

debajo de las ruinas
como ofrenda
apenas quedan ya al iluminado
la sed la hiel las náuseas

La galleta


ERA un maniático como pocos en todo lo relativo a la alimentación; tanto, que no soportaba que nada ni nadie viniese a interrumpirlo durante ninguno de los momentos que dedicaba a cualquier aspecto de esa, para él, excelsa y tan íntima liturgia. Así, cada vez que se disponía a probar bocado, aunque sólo se tratase de un aperitivo, desactivaba el teléfono, y cerraba a cal y canto puertas y ventanas. Algo, por otra parte, innecesario, pues hacía ya varios años que no recibía visita o llamada telefónica alguna.

Cuando abrió aquel envase de natillas –era un apasionado de las natillas- se quedó estupefacto. No, allí no había, como siempre hasta entonces, una sola galletita aderezada profusamente con delicioso y afrodisíaco polvo de canela. No, allí había dos, dos galletitas. Y no pudo evitar preguntarse qué otras sustancias y elementos extraños como pelos, heces, restos de insectos, miasmas, etcétera, al igual que aquella galletita, podían acabar por error o desidia en todo tipo de alimentos envasados, el pan, las pizzas o sus siempre hiposódicas y pulcras ensaladas. E, inmóvil, y sin poder sacarse tales pensamientos de la cabeza, permaneció mirando fijamente aquella amenazante segunda galletita durante minutos, horas, días, etcétera, y fin.

lunes, 28 de marzo de 2011

Pastiche


A Xary C., porque todo es suyo

melancolía
barquito de papel
mirando al fuego

La ausente (LV)


igual que el corredor que con la anoxia
ahogando cada gota de su sangre
se obstina en continuar pero ofuscado
se arrastra hacia la sal de la salida
así mis pasos ciegos tambaleantes
creyendo el aire en ellas de la meta
se emperran el volver sobre sus huellas

La ausente (LIV)


“morir no es nunca el hecho acontecido, el paso dado o no”

Fernando Beltrán

si acaso alguna vez
de esas ya tan contadas
en las que aún coincidimos
al verme tan cansado
te asalta un mal presagio
no temas por mi vida
no temas por ejemplo
que salte desde lo alto
de la capilla antigua
de la oratoria falsa
o engulla a palo seco
un frasco de sedantes
muriendo atragantado
tampoco soy amigo
-qué pánico la sangre-
de dagas o revólveres
y me aterra pensar
en mi cuerpo des(h)echo
tendido en el asfalto
y bueno para qué
seguir enumerando
existen tantas formas
de arrancarse el aliento
y debo confesarte
que todas se me antojan
amén de indeseables
dementes y una pérdida
prematura de tiempo
así que nunca temas
aun viéndome abatido
mi vida por mi vida
a qué dar ese paso
si ya no sé hace cuánto
por no haber dado ese otro
que siempre ansié cobarde
maté mi corazón
aunque siga doliendo
como un miembro talado

Alguno era comunista (Giorgio Gaber)



"Alguno era comunista porque no soportaba más a esa cosa sucia que nos obstinamos en llamar democracia."

domingo, 27 de marzo de 2011

Génesis 3 19


Y dijo aquel dios cántabro: “Ganarás MI pan con el sudor de tu frente”.

El cuervo, la rata, el iluso y el ángel


Insomne espectro, suena
tenazmente en la noche, el fiel graznido
del cuervo de la pena.
Repite “eres olvido
al sueño al que en tu entraña diste nido”.

- - -

La rata de un recuerdo
me corre por la sangre, desbocada,
en tanto, iluso y lerdo,
la sueño transmudada
piadoso ángel custodio en la alborada.

sábado, 26 de marzo de 2011

La ausente (LIII)


embosca el corazón tras el silencio
la que era portadora de la música

sinónimo de siempre el nunca quiebra
tronando la barrera del gemido
y muda el mar en llanto abierto en pálpito
sin eco inmóvil yermo exangüe autófago

Publicidad engañosa


CUANDO, por un golpe de azar, arribó a lo que en su infierno se antojaba a todos como el paraíso, no era más que un montón de huesos. Esa misma tarde, a las puertas de una clínica de dietética, se topó de bruces con aquel sarcástico y -pensó- paradójico anuncio publicitario: “ADELGACE COMIENDO”. Y, sin tomar para nada en consideración el primer término de la, para ella, irresoluble ecuación, entró en el establecimiento, movida por aquella esperanzadora promesa hasta sólo unas días antes intransmutable quimera. En un mes puso doce kilos. Pero ni se le pasó por la imaginación interponer una demanda por publicidad engañosa.

viernes, 25 de marzo de 2011

Breve lección de politología


Los dictadores no nacen. Los hacen.

La ausente (LII)



"...pero polvo enamorado".

G.A. Bécquer


Inyéctame a destajo tu veneno.
No el de ahora esta sed donde naufrago-;
Ese otro, el de alacrán, el que me niegas
Tan sólo porque en su ascua ardiente anhelo
Asfixiarme jadeante, desbocado, convulso hasta la muerte.
Después, si te apetece,
Cual mantis religiosa inmaculada,

Devora con tus votos de renuncia
Las llamas encendidas en mi adentro,
Y deja mi esqueleto enamoradoFiel máscara sin vida-,Vacío de abandono en el desierto.

Seguidilla (XIII)


Cuando el mar mis despojos
Deje en la playa,
Ruego no están los tuyos
Entre las algas.

Que en un naufragio
Ya es sobrada zozobra
Que se hunda un barco.

jueves, 24 de marzo de 2011

Spam-ku (II)


tras la galerna
sólo quedó el naufragio
tiempo perdido

Odisea apócrifa


Fui yo aquel marinero que esperabas
Y tú faro en la niebla, mi puerto, mi Penélope
Tejiendo y destejiendo la distancia
Con la esperanza incierta de que un día
Supiese interpretar mi sed tus mapas.
Que lástima que el viento y las corrientes
Jamás se nos mostrasen favorables,
Y al cabo haya quedado este poema
En una amarga crónica de náufragos
Ahogados frente a la Ítaca soñada.
Qué largo fue el periplo en el desierto
Para acabar varados en la nada.

Hasta el final del mundo


desvélame el camino hasta tu oasis
que llevo ya la sed en carne viva
uncida de salitre hasta el aliento
y se ahoga bajo el sol de este desierto
mi sangre consumida por la nieve

miércoles, 23 de marzo de 2011

Recogida selectiva


Las 4 menos 10 de la mañana
–extraña forma de nombrar la noche;
quién sabe si algo así,
tan sumamente insólito,
pudiera obedecer a algún motivo
recóndito sumido en lo freudiano-.
Escucho en la distancia aproximarse,
insomne aún, el camión de la basura,
y de un brinco me escapo de la cama.
Me visto apresurado, todo gris,
–no se me ha dado nunca bien del todo
eso de ir combinando los colores-
y bajo hasta la calle –cuánto frío-
a esperar su llegada,
tiritando.

Ovillado en el suelo,
junto al contenedor verde apagado
–ese en el que dejamos los desechos
de carácter orgánico-,
suplico a las estrellas que esta noche
me arrojen, tal y como corresponde,
al vientre del camión, los operarios
de los tanto hace ya privatizados,
pero pulcros servicios de limpieza.
Me miran, como siempre, contrariados
–parece que entorpezco su trabajo-,
y raudos, farfullando maldiciones,
concluyen sus labores y se alejan,
dejando los despojos de mi alma hecha jirones
tirados con desprecio en el asfalto.
Y en un papel grasiento y arrugado,
uno de esos que se usan en las tiendas
para envolver carroña de animales,
escribo este poema como prueba
–cuánto frío- de haber vuelto a intentarlo.
(Vuela una cucaracha hasta mis labios,
y, dulce, pero a un tiempo repugnante,
me besa con lujuria largamente).

Y si te digo ahora...


Y si te digo ahora que me muero
habiendo de tragarme, amordazando,
las ansias por decir lo que no digo.
¿Lo tomarás a mal?
¿Hará que sea más grande la distancia
que se abre inexpugnable entre nosotros
como una cicatriz que nunca cierra?
Y si te digo ahora cómo y cuánto.
Sin esperar respuesta.
Sin esperar tus brazos
de nieve cobijándome del frío.
Tan sólo por decirlo.
Igual que liberando
a un ave de su jaula para siempre,
sabiendo aun que ya nunca más su canto
será un puente tendido al horizonte.
Y si lo digo ahora. Y si te digo
que me es imprescindible pues presiento
que acaso ya mañana se haga tarde
para mi voz ahogada en la maraña
del verbo sin periplo hacia tu oído.
Y si te digo, dí, pero hazlo pronto,
que de callarlo tanto estoy muriendo.
Y si te digo ahora que te quiero.

martes, 22 de marzo de 2011

Visión


disgregado en las olas
con los ojos al cielo
yace ahogado el cadáver
de un castillo de arena

Colapso

no sabe el corazón
si son las puertas
abiertas o un sarcástico
espejismo agitando
la sedienta mirada
no sabe pero ansía
comprobarlo en la sangre
coagulada que aún resta
para andar la distancia
pero han sido tan duros
la intemperie y los golpes
de los años vacíos
que el alma con las piernas
hasta el cuello taladas
suplica ya incapaz
de arrastrarse que sea
no más que la sal tóxica
de la última quimera

Los sonidos del estrépito


en son de paz dicen surcar los cielos
cómo no bendecidos por ese dios de dioses
el mercado
pero
qué estrepitosa partitura
la de sus sones mansos
qué extraños los violines los timbales
el arpa el clarinete o el piano
diríanse sus notas
silbido de metralla
misiles estallando
fragor de huesos rotos
y el llanto inconsolable de tullidas
plañideras a coro declamando
su inenarrable pánico
no obstante deben ser mi parco oído
y escasa formación musicológica
las causas que me impiden que disfrute
la música sin tacha de esta orquesta
de hipócritas y ruines mercaderes
y ser parte del público que aplaude
a punto del orgasmo su mezquina
y obscena sinfonía a la tristeza

lunes, 21 de marzo de 2011

En la fecha y el lugar equivocados


A la hora D del día H
Arribaré de nuevo desalmado
A la playas hostiles del destiempo.
Nada importa que allí sólo me aguarde
La invencible emboscada de la nieve
Tirando a rematar sobre la arena
El tibio agonizar de la esperanza.

La otra guerra fría


TRAS darse por concluidas, por parte de los ejércitos imperiales, las operaciones humanitarias destinadas a liberar a aquel sufrido país de la dictadura, aún continuaron durante décadas cobrándose muertos y más muertos las armas de desnutrición masiva.

Ilustración: Kalvellido

domingo, 20 de marzo de 2011

Carroña


Del fondo de mi miedo inoxidable
sube un hedor a herrumbre. Mis pulmones,
a punto de estallar, sorben abrojos
que rasgan, hienden, quiebran como buitres
hambrientos los coágulos sin aire
del pútrido muñón que ayer fue aliento.
Insólita aleación la que, del aire,
da a luz a los abismos que en la noche,
son lúgubre impiedad que ahoga los sueños,
y graba inalterable en las entrañas
la tierna cicatriz que, inermes, sangra
los años desgastados sin retorno.
No es fácil de enteder, mejor no hacerlo;
ni el monstruo que me ocupa se comprende,
en tanto, deglutiendo mis despojos,
me oxida el corazón dejándolo vacío.

Pema de amor número ya perdí la cuenta


quizás si te explicase este poema
y tú lo comprendieses quizás si
me esforzase quizás si este poema
tuviese explicación tú te esforzases
supieras escucharme igual pudiera
quizás igual entonces mas no encuentro
los códigos las fuerzas ni motivos
quizás para explicar ya este poema

sábado, 19 de marzo de 2011

Sin límite de asaltos


OK & KO
dispuestas de este modo
en forma de quiasmo
pudieran parecernos expresiones
del todo contrapuestas
oxímoron sin duda
pero esto no es así
OK & KO
tomadas de la mano estrechamente
por esa conjunción copulativa
no son más que una triste alegoría
de este jodido mundo
en el que para que los unos vivan
-los menos- como príncipes
o acaso emperadores

los otros -los que más- han de besar la lona
sin opción a volver a levantarse

Acción-coacción-reacción


La guerra comenzó, bajó la bolsa,
y fue el momento de comprar acciones
a un precio razonable -salvo en lo relativo, claro está,
a ataúdes, mortajas y al muy noble negocio de la pólvora.
Comprar-vender, acción-coacción-reacción;
A acciones bélicas, reacción bursátil;
humo y más humo enmascarando, denso,
el nauseabundo hedor que emanan los cadáveres;
corriendo por la red, como un espectro,
sin nada que ofrecer, que dar, hurtando
la insólita esperanza de los pobres;
obsceno preparando la espoleta
que hará otra vez que estalle
la indispensable guerra.

Mañana, cuando se haga el armisticio,
será el momento de vender de nuevo,
y urdir los beneficios del futuro
a costa de la sangre de los muertos
que yacen en los campos de batalla
o que aún se piensan vivos camino al matadero.
Comprar-vender, acción-reacción, ¿la bolsa
o la vida?, la bolsa
siempre,
siempre
la bolsa.

viernes, 18 de marzo de 2011

Certamen


Reunidos tan soberbios y solemnes
como hastiados, patéticos y necios,
-y ya van no sé cuántas ediciones-,
los 4 poetastros provincianos,
constitüidos en jurado y parte
del último certamen de poesía,
proceden a emitir su fallo unánime
que un año más consiste en declarar
desiertos primer premio y los accésit.

(No hubo un sólo poemario,
de entre los ciento y pico presentados,
que fuese suficientemente malo
para no hacerles sombra).

La ausente (LI)


"el vulnerable alivio de la aurora"

Elsa Baig

Vulnerable es el sueño.
Se agrietan sus arterias
heridas por el filo
de la inclemente aurora,
vertiendo a borbotones
la calma que aletarga
la angustia de saber ya para siempre
quebrado el espejismo de la última esperanza.

jueves, 17 de marzo de 2011

&&&&&&&~~


turbio reflejo
la luna en el estanque
llueve agua negra

Vesania


DESEQUILIBRIO es ofrecer, verterse, sin nunca haber mediado peticiones. Sin una mano abierta que recoja las aguas derrotadas de esa ofrenda, las cuales, despeñándose en la tierra castrante e infecunda del fracaso, se pudren de onanismo indeseado, a la espera del último castigo de un inmisericorde dios nonato.

miércoles, 16 de marzo de 2011

Spam-ku


cayó la noche
lo sé por los cascotes
sobre mi almohada

Pesadilla y réquiem cobarde


Soñé anoche contigo. Fue un espanto.
Vinieron a decirme que habías muerto,
Que ya se me acabó soñar despierto
Volver a estar unidos. Cuánto llanto

Vertí luego en tu entierro, qué quebranto
Nubló mi corazón, qué desconcierto,
Al ver que por la tierra era cubierto
El sueño que sin suerte quise tanto.

De qué manera ansié yacer contigo
Sin aliento, y qué hondo mi lamento
Fue por no haber sabido ir a tu encuentro

Cuando aún estuve a tiempo. No consigo
No obstante, ir a buscarte, ya, despierto.
Qué espanto; estando aún viva, te me has muerto.

martes, 15 de marzo de 2011

&&&&&&&~


pido la paz
y pido la palabra
calló el guerrero

Blues enlutado


disculpa si hoy me aparto para siempre
-espero tener éxito en la empresa-
sin una explicación de tu camino
ni preguntar si acaso nuevamente
pudiera estar con ello equivocándome
si lo hago es porque pienso
-tras ser dolido objeto de desprecio
sin tregua por tu parte hace ya tanto-
que soy sólo un estorbo una tortura
que ahogada a duras penas sobrellevas
y habrá en tu corazón cuando me aleje
aire felicidad sosiego y fiesta
debiera preguntar pero no puedo
espero que lo entiendas tus silencios
ha tiempo que enterraron la esperanza
de hallar la luz perdida en el sentido
que antaño para mí tuvo tu nombre
y ahora me anega el miedo ante la idea
de no tener las fuerzas suficientes
para aguantar de nuevo ese desdén
que aun queriendo evitarlo generosa
no puedes contener tarde o temprano
cuando por mi insistencia coincidimos
espero sólo que si un día llegases
a conocer mi angustia en estos versos
no dudes que al marchar lo hice de luto
movido por el pánico a robarte
lo poco -casi nada- que aún de bueno
de mí pueda quedarte en la memoria

lunes, 14 de marzo de 2011

Retórica


cuando exclamo oj-alá
entonan mi razón
y el deseo un oxímoron

Trampa fría


sed ávida en los páramos
jadeando como un perro
y la lengua ad-herida
al hielo del recuerdo

&&&&&&~~~~~


-de nuevo soplan vientos de cellisca
efímero fue el sol parca la luna
el miedo es un turbión que se eterniza
sembrando de agonías el poema

¿te cuento del espanto que me eclipsa
dejándome sin fuerzas ni motivo
para elevar mi canto hasta las aras
que ocultan el abismo tras del trueno?

¿no escuchas su silencio, cómo inmola
el último fulgor con sus ladridos?
mas ¿cómo no sentirlo? no es posible
¿o acaso amordazaron tus pupilas?

-el pánico es un pérfido hechicero
que gusta hacer su nido en el vacío

La asuente (L)


los años van pasando
y llevo tanto ya sin ver tus ojos

no me han faltado es cierto
-nunca serían por muchas
suficientes-
de cuando en cuando algunas ocasiones

instantes esporádicos precarios
lacónicos vacíos
encuentros propiciados
por no sé qué motivos pero siempre
con esa sensación vacua de pérdida
de estando al fin contigo frente a frente
mirarte sin mirar sin ver tus ojos

nada hay que ciegue tanto como el cieno
paralizante y tóxico
de la desesperanza

domingo, 13 de marzo de 2011

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vuelan los peces
de tu mirada océano
por mi mar ciego
boca a boca alentando
mi pensamiento náufrago

La ausente (XLIX)


No sé si me desprecias o aún me quieres.
No digo como amante, como amigo;
dejaste ha tiempo claro que conmigo
ni amor, mi amor, ni sexo (raros seres

nosotros que, anhelando esos placeres,
por siempre renunciamos a su abrigo).
¿Pero eso ha de mudarme en tu enemigo,
y te ha de hacer fingirte como no eres?

Hierática, lacónica, distante,
negándote a mostrarme lo que sientes.
¡No, tú no eres así! Te, me, nos mientes.

Mas si es lo que prefieres, ¡adelante!;
manténme en esta duda sin lindero,
que yo no he de callarme que aún te quiero.

sábado, 12 de marzo de 2011

Ata-dura


LIBERTAD: ese anhelo fracasado, al mostrarse entelequia los plurales.

viernes, 11 de marzo de 2011

La ausente (XLVIII)


criatura alada
cielo al alba tus ojos
yo
topo ciego

Seguidilla (XII)


Al lado uno del otro
ya no alcanzamos
a tocarnos, muñones
mudos las manos.

Y ese lenguaje
desmembrado farfulle
que se hizo tarde.

jueves, 10 de marzo de 2011

Luz precaria


"Pero el presente, para mí, no es nada."

Marisa Peña

No es un instante el presente,
Ni tampoco la morada
Donde habita el ser, completo,
Entre el ayer y el mañana.
Es ser cuerpo en el vacío
Con el alma desgarrada
Por dos fuerzas antagónicas
Que de ella halan con saña:
De una parte los recuerdos,
Las frustradas esperanzas;
Y de la otra el porvenir,
Antesala de la nada.
Es un abismo en que el sueño
De la vida se desangra,
Y sólo alcanza a cerrarse
Cuando engulle el mar sus aguas.
Digo "ahora", y el presente
Se pasó sin ser mañana,
Y en lo cóncavo resuena
Mudo el eco de la nada.
Y en medio de la galerna,
Sin faro, puerto, ni rada,
Se ase el poeta al poema
Como a quebradiza balsa,
Como a punto de sutura
Que, aunque el dolor no aletarga,
Insuficiente y precario,
Aminora la hemorragia.
Gracias por todo, poesía,
Por enmascarar la helada,
Queda, oscura y muda nada,
De luz cálida que canta.

&&&&&&~~~


terca oquedad
metástasis del alma:
melancolía

miércoles, 9 de marzo de 2011

La ausente (XLVII)


"No te postres sino para amar. Si mueres, sigues amando."

René Char.

Postrado tercamente de rodillas
Persisto ante tu amor por siempre esquivo,
Negado a levantarme aunque percibo
Que el tiempo y sus voraces manecillas

Maquinan en mi contra; que, amarillas,
Mudaron ya mis ansias con su altivo
Galope desbocado; que derivo
Más lejos cada sol de tus orillas;

Que el mar de tu carencia ya está presto
Para arrastrarme al fondo. Me es lo mismo;
A ahogarme en su inconsciencia estoy dispuesto

A cambio del incierto paroxismo
De que mi amor siguiese siendo enhiesto
Amarte aun sin respuesta en el abismo.

martes, 8 de marzo de 2011

Seguidilla (XI)


Morirás y a la tierra
vendrán gusanos
a gozar de las carnes
que amé sin tacto.

Y yo habré muerto
envidiando la suerte
de los insectos.