Bomba trampa

"no
las palabras
no hacen el amor
hacen la ausencia"

Alejandra Pizarnik

Tranquis, tranquis, un poco de calma; ya veréis como este fin de semana sigue, como si tal cosa, celebrándose y televisándose hasta la saciedad la Liga Santander. Los asuntos de peso son siempre los más reacios a los cambios. Como el peso del "sinfuturo" y la miseria. O el de las cadenas. Decir "libertad" no nos hace más libres. Ni por el hecho de gritar ¡vivas! a estos o aquellos fantasmas, empezaremos a dejar de estar tan muertos. "No, las palabras no hacen el amor, hacen la ausencia". Por eso este fin de semana, por primera vez en varias décadas, será realmente importante, de una importancia que se me antoja capital, que nuestros "pateacueros" patrios, ya unionistas, ya secesionistas, ya indecisos o indiferentes, transiten, como de costumbre, de su corazón a sus asuntos. Y que, desde la grada, una vez más, celebremos los goles como si nos fuese en ello la vida, y pongamos a parir a la señora santa madre del sufrido árbitro de turno para liberar tensiones. Si no ocurriese así, echaos a temblar. "Se hace camino al andar", pero "en esta noche en este mundo", ya lo anunció Fukuyama, hace un tiempo que se detuvo el reloj de la historia, y el monótono tictac que resuena en nuestros oídos no es más que el de la cuenta atrás del artefacto explosivo que, a modo de inermes y esforzados Sísifos, llevamos cargado a las espaldas. ¿Cable azul o rojo?