Se dice que las comparaciones son odiosas. Pero esta afirmación no siempre es cierta. Así, existen comparaciones poéticas, muchas de ellas de una belleza tal que hacen imposible el odio. También hay comparaciones imposibles de calificar a no ser con palabras groseras. Por ejemplo, esa que ha venido corriendo estos atrás días por las redes sociales, tratando de equiparar las urnas del 1 de octubre en Catalunya con aquellas otras que utilizase para refrendar su ignomoniosa dictadura el genocida Franco. Este tipo de comparaciones sólo pueden ser producto de la más profunda de las estulticia. Son comparaciones estúpidas.
En la imagen: La Teoría de la Estupidez, de Carlo Maria Cipolla.
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