La patada a seguir es tal vez el último recurso que cabe utilizar en el noble deporte del rugby cuando a un jugador la cosa se le empieza a poner más apretá de la cuenta. En política, en cambio, para tal tipo de situaciones, se suele echar mano de la muy rastrera y mucho menos arriesgada patá p'arriba. Los pueblos sin conciencia de clase son siempre de zaga fácil.
(Breve tratado sobre puertas regurgitatorias.)
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