no se había vuelto a oír
así imitar ni repetir
un anunció de café.
Creo que desde Benny Hill
nadie ha habido que en inglés
a la gente en teuveé
tanto haya hecho reir.
Y resulta que, ya ves,
ahora te pagan así.
Si reirse es ser feliz
no se explica uno el porqué
tenida por hazmerreír
doña Ana haya de ser.
O pudiera ser también
que fue el ridículo tanto
de tu intento de Esperanto
que por no volverte a oír
a las primeras de cambio
os tuviérais que ir
a llorar como en un tango.
Ya ves que no pudo ser,
palmito de maniquí,
vestido color rubí;
pues qué le vamos a hacer.
Ya has visto que por ahí
nos tratan a puntapiés
y tampoco a la tres
será olímpica Madrid.
Ya viste, señora dé,
ricitos de bigudí,
boquita de carmesí,
que al corrupto comité
se le da un maravedí
que tu invites a café
ni qué importante fue Él.
Les importa que tu speech
más parezca el paripé
de quien nunca ha puesto un pie
en Inlingua ni en Berlitz.
Y les preocupa también
que se nos suelan perder
los tubitos con pipí
pa’ la cosa del dopín.
Y no se fían tal vez,
marquesa de Chamberí,
duquesa de Lavapiés,
que vayamos a poder
por la cuestión baladí
del asunto del parné
terminar de construir
La Peineta, que al fin
y al cabo viene a ser
lo único que queda aquí,
como ya les dijo usté,
alcaldesa-porque-sí,
pa’qu’esté to’de postín.
Doscientos haciendo lobby,
humeante cual Chernobil,
entusiasmo, frenesí,
no para un minuto el móvil,
(¿o es acaso Chernóbil?
No sea que también a mí
por no hablar como Putín
me puteen estos señores)
sin novia se queda el Cobi,
que de juegos tararí.
Como me llamo Agustín
que a ofrecer vengo consuelo.
Que a esa moral por los suelos
y a la altura del serrín
haré levantar el vuelo,
marquesa de Chamartín.
Brindemos con un chin-chín
¡¡¿Qué no nos dieron los juegos?!!
¡Lo diréis con retintín,
ya estaban en el talego!
Olímpicos no desde luego,
pero el desprecio argentino
queriendo echar agua al vino
-contempladlo así, os lo ruego-
nos es más que un bulo mezquino,
que aunque no de origen griego
¿qué otra cosa sino juegos
albergará ese casino
que nos va a dejar un güevo?
Que firmado quedó el pliego,
que se le importa un comino
a este poblachón manchego
campeón en lo taurino
los cuatrocientos relevos,
y que puestos a hacer fuego
ahora que no quedan pinos
y a falta de pebetero,
prenderemos un veguero
y que siga Florentino
comprándonos delanteros.
Paisanos eurovegueros,
la maratón pa’los chinos
y, ¡señores, hagan juego!
Texto e ilustración: Agustín Casado
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