…y sosteniendo el cielo derrumbado como un sollozo retenido.
Vicente Aleixandre.
Trece siglos de hecatombe como iglesias de aguacero,
Y noctívagas ebriedades de murciélagos sordos:
Polvo y ceniza en la marea. Mudo albañal. Todo barro.
Lúgubres ciénagas de túmulos sin plañideras
Van velando un funeral de emociones continentes,
Y una calidez, como de sol, inesperada en el rostro,
Penetra en las pupilas de los ojos renegados sin mirada
Que husmean las breves raíces de la feraz tormenta en flor
-Por si acaso un porsiacaso, cual pecado, los siete colores capitales
Se arqueasen musicales en virtudes de aroma manifiesto y de peces de alas blancas-.
Pero ya no es tiempo de acuarelas, ni el fulgurar de un relámpago
Abre sus suspiros sin disfraces como pétalos y vuelo.
Ocho círculos sin tangente se han cerrado a cal y cardo;
Y en la antesala: un viento -puerta abierta como fauces y candado-.
Me presagio en un fondo frío de brasas de hielo en sangre:
Pilas de cobalto añejas para un péndulo de vaivenes oxidados
Y agujas que se quiebran en añicos y asperezas
De una bruma de obsidiana…
Estéril.
Doce de noviembre de 2006
5 comentarios:
Leo y vuelvo a leer el `poema y me hace sentir como si describieras un holocausto. Las palabras pueden llevar dureza pero el resultado es no dejar indiferente.Y a mí no me ha dejado.
Un beso.
¡Cuántas imágenes infinitas!
y elijo una, que refleja lo que el poema me ha evocado:
"brasas de hielo en sangre".
¡Una genialidad!
Besos
Sobervio. Es como la imagen de una pesadilla truncada en mitad de una salida hacia un final incierto. Has vuelto a demostrar la fuerza increible de las palabras. Enhorabuena.
Vino y besos.
soberbio
Gracias malena, alejandra, Kai.
Publicar un comentario