Nunca entendió por pecado
El anhelo de estar vivo
Ni el buscar de entre las sombras
Una lumbre a su camino.
Pero a los ojos sin tiempo
Que pretendió por destino
Un monstruoso aquelarre
Era su credo sentido.
Sospechoso de herejía,
Fue en el destiempo sumido
Frente al duro tribunal
De la ausencia y el hastío.
Urdió el sumario el silencio
Dictó sentencia el olvido:
Huera cadena perpetua
Que hizo cenizas su sino.
El anhelo de estar vivo
Ni el buscar de entre las sombras
Una lumbre a su camino.
Pero a los ojos sin tiempo
Que pretendió por destino
Un monstruoso aquelarre
Era su credo sentido.
Sospechoso de herejía,
Fue en el destiempo sumido
Frente al duro tribunal
De la ausencia y el hastío.
Urdió el sumario el silencio
Dictó sentencia el olvido:
Huera cadena perpetua
Que hizo cenizas su sino.
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3 comentarios:
que triste... :-/
Yo creo que el destino está en nuestra mano, que somos nosotros quienes vamos dibujando caminos, y que está en la actitud encontrar la luz suficiente para volver a vivir....y resucitar.
Un aliento.
Sandra
El ser distinto tiene un precio muy alto la verdad, pero aún así vale la pena pagarlo.
Besos.
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