A civiles que huyen, bomba y metralla.
(Es lo que debieron pensar los perros fascistas al servicio del malnacido y genocida Franco cuando, el 8 de febrero de 1937, en la carretera Málaga-Almería a la altura de Motril, perpetraron la masacre de la Desbandá, en la que exterminaron a varios miles de civiles indefensos que huían de la guerra. Hoy nos gobiernan los herederos ideológicos, económicos y en bastantes casos hasta de sangre de aquellos golpistas asesinos, de aquel totalitarismo criminal que estuvo ajusticiando a los vencidos durante décadas. Pero los catetos pata negra de la monarquía bananera de Esperpentaña, esos que van presumiendo de cultos y liberales progresistas, esos que viven acomodadamente y se piensan por encima del bien y mal y en todo momento con toda la razón de parte de sus miserias intelectuales y morales, erre que erre con el peligro totalitarista que, según sus delirantes cabezotas rellenas de serrín, representa Podemos.)
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