Y Adangarín y la Evafanta fueron expulsados del paraíso espaguiñol y, a partir de entonces, las pasaron canutas, debiendo ganarse el caviar con el sunóos del de enfrente, en la fría Suiza.
La flor del tabaco
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*(Pues si mata… que mate)*
*A Manolo Rubiales –echando humo.*
*Ayer noche, al quedarme sin tabaco*
*–Estaban los estancos y colmados,*
*Los quioscos...
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