jueves, 6 de marzo de 2014

"Tinieve"

La noche –en apariencia– se ha templado;
oyendo como cruje la epidermis
raquítica que alberga a útero y semen,
diríase que amaina la cellisca,
dando una tregua al cántico pagano
postrado ante la cópula del frío
con las opacas huestes del silencio.
No es más que un espejismo; en estos pagos
plagados de carámbanos perpetuos
e indisolubles sombras,
reina eterno el invierno.

1 comentario:

Anónimo dijo...

El invierno del alma y la primavera del cuerpo