La flor del tabaco
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*(Pues si mata… que mate)*
*A Manolo Rubiales –echando humo.*
*Ayer noche, al quedarme sin tabaco*
*–Estaban los estancos y colmados,*
*Los quioscos...
martes, 24 de noviembre de 2009
Loa al odio
Tras una eternidad, sin resultados,
Queriendo doctorarme en ciego olvido,
Hoy trato de aprender modos de odiarte.
Ya sé que no será el odio una adarga
Con nervio suficiente frente al hierro
Violento y pertinaz de tu desprecio,
Mas puede ser cauterio al desarraigo,
Al ser un sentimiento austero y firme
Que no requiere ser correspondido.
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4 comentarios:
oh, es un poema perfecto, ahora bien, yo me pregunto, ¿sirve de algo odiar?...bueno, esta pregunta proviene como siempre de un mundo, el mìo, por lo visto demasiado ingenuo
oh,disculpa, se ha triplicado mi comentario, no es que crea que vale por tres, je, je, cosas de mi ineficacia virtual.
Espero decirlo una sola vez, que no suceda como a Silvia... el poema esta genial y el "odio" como inicio de olvido pues tampoco me parece tan mal.
Por cierto tu haiku urbano ,peligro niños sueltos, fue aclamado por el profesorado jejejjeje
besos
No pasa nada, Silvia, son cosas de blogguer que, en ocasiones, se atasca y entonces insistimos, insistimos, insistimos... Y sí, sirve. Para, al menos, seguir sobreviviendo.
Dafne, me alegra que gustase. Y espero que se compartiese la crítica subyacente.
Abrazos.
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