La flor del tabaco
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*(Pues si mata… que mate)*
*A Manolo Rubiales –echando humo.*
*Ayer noche, al quedarme sin tabaco*
*–Estaban los estancos y colmados,*
*Los quioscos...
lunes, 16 de noviembre de 2009
Elegía
No cabe este dolor en tanto mundo,
En tanta podredumbre a vida o muerte,
Con sus cinco sentidos, puro nervio,
Abiertos como abismos al silencio.
El cántico no alcanza a mitigar
El perro desaliento que amortajan
Los sádicos bozales de la nada,
Y el aura inmarcesible de una flor
Que ya mudó el otoño en gris ceniza,
Usurpa sus matices a los sueños.
La sal seca entretanto el horizonte
Dejándolo en muñón, reflejo ciego
De un ala que, truncada, cae a plomo
Sobre un osario mórbido y maldito
Que hincando sus esquirlas al lenguaje
Lacera los aullidos y los cambia
Por un gemido sordo que se espesa
Y anega en su ponzoña la garganta.
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1 comentario:
"...En tanta podredumbre a vida o muerte,
Con sus cinco sentidos, puro nervio,
Abiertos como abismos al silencio.
El cántico no alcanza a mitigar
El perro desaliento que amortajan
Los sádicos bozales de la nada"...
Tantísimo dolor y tanta rabia, poeta, tienen que ser llorados.
Tienen una fuerza increible estos versos tuyos.
Duelen de verdad.
Besos.
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