Las luminosas mañanas
De desayuno y sonrisas
Se agostaron olvidadas
Entre la espera y la prisa.
Y en la mar desesperada
De mi renuncia sumisa,
Como luna ya menguada,
Sólo ocasos se divisan.
Luz de mi faro apagada
Desde que tú has renegado
De su brillo en tu mirada.
Luz de tus ojos que brilla
Como cuchillo en mi entraña
Asombrada en pesadillas.
Octubre 2007
2 comentarios:
Luz asombrada, luz al fin y al cabo, aunque sea en pesadillas.
Un abrazo grande poeta enorme.
Precioso, por lo que transmite y por la forma. La rima siempre será la rima, aunque se lleve lo contrario....
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