La flor del tabaco
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*(Pues si mata… que mate)*
*A Manolo Rubiales –echando humo.*
*Ayer noche, al quedarme sin tabaco*
*–Estaban los estancos y colmados,*
*Los quioscos...
domingo, 8 de noviembre de 2009
Aleación
Estaba a punto de decirte
“Siempre”
Cuando exclamaste “¡NUNCA!”:
Quedó herido en mis labios el lenguaje.
Fue entonces cuando, atónito, entendí
Lo falaz de lo eterno,
Que nunca y siempre son,
Fundidos,
Haz y envés de una moneda
Sin lustre ni valor,
Moneda falsa.
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5 comentarios:
Cuando leo tus poemas, Rafa, pienso que has conseguido algo importante: tener un estilo propio.
Tal vez me equivoque, pero creo que reconocería un poema tuyo, sin que llevara tu firma.
Algún día lo haremos, como un juego, ¿vale?
Aprendi hace mucho que "el siempre" dura como mucho...hasta mañana.
"El nunca" dejemoslo sólo en adverbio de tiempo.
Besos
Ay Rafa… ¡Cómo te gusta descifrar telarañas!
El “nunca y el siempre” a veces tienen su encanto y otras, su espanto; depende del sendero por el que se encaucen.
Creo que si me dieran a escoger me quedaría con el primero, así, rotunda; El siempre no siempre es siempre. (Aunque pienso que en el fondo mutan, no se puede confiar en ninguno de los dos)
No sé, ya me enredé jajaja.
Eso sí, que “nunca” me va a gustar la cocina… ¡Eso no lo dudes!
Un beso…
¡Quedó herido en mis labios el lenguaje!...Qué hermoso!
¿En serio, Dolo? Y yo que pensaba -y sigo pensando- que soy tremendamente ecléctico.
Rosa, lo que no dura puede que sea "nunca".
Vivian, pues creo que deberías replantearte ese "nunca". Yo apenas tengo tiempo, pero cocinar es algo sublime -y más aún zamparse lo cocinado-.
Besos.
Si todo es un ciclo, no muy vital y humano, por cierto llenos de agujeros de gusano....un abrazo.
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