1. Aprovecharás el fresquito de las mañanas para levantarte y darte un larguísimo paseo.
2. Al llegar a casa te darás una ducha y sumergirás las habitaciones en la oscuridad hasta la noche, para que no entre la flama.
3. Regarás los suelos y plantas de la casa antes del mediodía, para que después retengan la humedad.
4. Proveerás de abundante agua fría embotellada a tus lugares habituales de descanso doméstico.
5. Después de comer, te echarás una interminable siesta que puede durar mientras no haya nadie a la vista en la calle.
6. Te darás una ducha tras la siesta y una potente merendola para salir a la calle.
7. Cuando vuelvas abrirás de par en par todas las ventanas y balcones para que el aire nocturno entre y atraviese las estancias.
8. Sólo cuando comience a soplar una ligera y refrescante brisa desde afuera te prepararás para irte a la cama.
(¢) Carlos Parejo Delgado
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