miércoles, 29 de noviembre de 2017

Cántico

Enarbola el acento de la verdad sencilla
y enfréntate a los límites y el ruido.
Entona el himno fértil del susurro
frente a la ley del hielo y los sudarios
que cuelgan en jirones de los mástiles
infectos de carcoma y desmemoria,
destilando tinieblas sobre el yermo
que yace bajo el peso del eclipse.
Hay mucha luz, estelas, pájaros
gestándose en el útero promiscuo
de la ancestral manzana que alimenta
el limpio y generoso inconformismo
de aquel que se condena por rebelde.
Todo es mentira, todo; la verdad
no cabe entre las ruinas de este zulo
que nutre con su asfixia los paraísos
del vicio, la omertà y los leviatanes.
Leva el ancla, iza velas, parte. Lejos
de la costa, sin brújula ni mapas,
confía tu esperanza a las estrellas.
Puede aún salir el sol, un sol distinto
entibiando a la par dos hemisferios.

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