viernes, 30 de septiembre de 2016
Que bonitas son, madre, las cosas de mi cortijo
Señoritingos andaluces
denominando casa
del pueblo a unos locales
que quieren apropiarse
para ampliar el cortijo.
(de la náusea)
Los pactos de la burra (19)
Juguemos a adivinar personajes:
Se dice socialista, quiere que gobierne el PP y es muy probable que sea votante de Vox. ¿Quién es?
A partir de las respuestas recibidas, se procederá a elaborar una lista cremallera con las cinco mujeres y los cinco hombres más valorados. Una vez ultimada, decidiremos el ganador o ganadora mediante referéndum (pero sin derecho a voto para catalanes y cualesquieras otros diabólicos separatistas ávidos por romper la sacrosanta unidad de España).
BONUS TRACKS
¿Gusanita tiene un ratón? ¿O una cloaca inmunda abarrotada de ratas de alcantarilla?
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Susiyó, la heredera
de Griñán, es un clon
de Felíbex "cal viva".
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A ver quién es el guapo que su(b)sana ahora esto.
jueves, 29 de septiembre de 2016
La vía muerta
Prescinde del acero
y acopia las traviesas
para enfrentarte al frío.
(No volverá aquel tren
a errar por las glaciales
estepas del olvido).
Fotografía: José Luis García Larred
Los pactos de la burra (18)
Visto lo visto -nauseabundo espectáculo-, como esta larga noche de los cuchillos largos en Ferraz nos acabe arrastrando a unas terceras elecciones, sólo con los escaños que le restaría a este PSOE de ultraderechistas mal disfrazados de socialdemócratas, el PP tendría muchas posibilidades de alcanzar la mayoría absoluta.
(barón y casta nueva)
BONUS TRACKS
Última hora
Internan a Rajoy en la UCI de La Paz, tras sufrir un descomunal orgasmo que, después de media hora larga, no remite.
(de dimisiones y otras poluciones)
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Premoniciones (primera)
Pedro Sánchez debería empezar a tirar de tres. Si no, se le va el partido. Y que nadie se engañe, este correcalles de patio de colegio ni es divertido ni se disputa por el título. Es un calvario. Un duelo a cuchillo por tratar de eludir el descenso y quién sabe qué.
(juego sucio)
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Premoniciones (segunda)
Pedro Sánchez se acaba de comer un pedazo de pick and roll, ejecutado con gran destreza por sus propios compañeros de grupo parlamentario. Como esto siga así, no llega ni para, en su caso, jugar la prórroga.
(En mis tiempos lo llamábamos bloqueo y continuación, pero, desde que hemos aprendido inglés, nos hemos vuelto de lo más chic.)
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Los caminos de la independencia del poder judicial, en un país como dios manda, son inescrutables.
(Madrid Arena y más y más arena)
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Lo más sorprendente de todo -no sé si alguien ha caído ya en la cuenta- es que en un país como dios manda en el que no dimiten ni dios ni el hijo ni el espíritu santo, ahora van diecisiete y dimiten de una "tacá". Igual, si cundiera el ejemplo...
. . . . . . . . . . . . .
Durante efemérides patrióticas y otros actos de carácter identitario anclados en la más rancia nostalgia, usamos con frecuencia la definición de encuentro entre culturas para referirnos a hechos que responderían más fidedignamente al apelativo de encontronazo.
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¿Por qué los llaman críticos cuando quieren decir traidores?
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Odio reconocerlo, pero creo que al final me va a terminar cayendo bien "Magic" Sáhnchez.
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Acróstico de urgencia
P roxenetas urdiendo
S ucias conspiraciones
O rquestadas con saña
E n contra del obrero.
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Misterio
Tres poderes distintos
y nada más que un IBEX verdadero.
(la sartén por el mango)
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Barones socialistas
-obsceno oxímoron-
nutriendo con el caos
su "aristoacracia".
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Autosorpasso.
miércoles, 28 de septiembre de 2016
Suspiro (1)
Se abre una flor con la mañana
otorgando lo eterno
un instante a lo herido.
Luego el frío calcina
todo lo que no es sueño
y en la orfandad del páramo
las termitas devoran
la hiel de las metáforas.
otorgando lo eterno
un instante a lo herido.
Luego el frío calcina
todo lo que no es sueño
y en la orfandad del páramo
las termitas devoran
la hiel de las metáforas.
martes, 27 de septiembre de 2016
Carta certificada
Más de diez años sin noticias suyas no habían servido como antídoto contra el veneno lento de la nostalgia. Tampoco haber enterrado en la fosa común de la desesperanza hasta la más nimia de las expectativas de volver a verla. Y, de súbito, allí estaba, resplandeciendo entre el bullicio multicolor de la oferta a buen precio y la demanda con dificultades para llegar a fin de mes de un sábado por la mañana en el mercado de la Calle Feria. Quedé paralizado. Y se me volvió a extraviar entre la gente. Un par de semanas después volví a verla. Y, a escondidas, la seguí hasta su casa. Me costó meses decidirme, pero al fin le eché coraje y resolví sorprenderla.
―Buenos días. El cartero. Le traigo una carta certificada. ¿Sería tan amable de abrirme?
―Joder, ya es la tercera vez esta mañana; empiezan ustedes a tenerme agotada.
―¡Ah!, perdón, creo que ha habido una confusión por mi parte; la carta no es para usted, sino para los vecinos del ático. Espero que pueda disculparme. Gracias.
Los pactos de la burra (17)
Pedro Sánchez sueña a menudo que es el mismísimo Winston Churchill. Y en esos sueños rememora la archiconocida anécdota según la cual el líder tory habría asegurado a un joven parlamentario de su partido que sus adversarios -refiriéndose a los miembros de las otras formaciones políticas presentes en la Cámara-, que no sus enemigos, eran aquellos que se situaban en las bancadas de enfrente, en tanto que sus verdaderos enemigos eran los que ocupaban las de atrás, es decir, las correspondientes a sus propios compañeros del partido conservador. Y Sánchez se sueña Churchill ―animal político de envergadura donde los haya habido, haya o pudiera haber― mirando atrás y observando como, cuchillo en mano, Ibarra, Leguina, Bono, Cornejo y un largo etcétera, capitaneados por la muy prepotente y lenguaraz Susana Díaz, se disponen a destriparlo. Y se ríe a carcajadas. Porque contra el gran Churchill bien poco podría hacer un hatajo de mediocres traidores de poca monta y más baja estofa. Pero los sueños dan muchas vueltas y, súbitamente, deja de ser Churchill para no ser más que él mismo, y es cuando despierta porque ha mojado las sábanas.
BONUS TRACKS
Las generalizaciones son odiosas.
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Gobiernos estables para una gestión sólida. Este enunciado corresponde a lo que podríamos llamar "los medios". Otra cosa son los fines, el para qué. Porque si el objetivo es continuar desmantelando eso que tan pretenciosamente hemos dado en llamar el Estado del bienestar, así como los derechos del ciudadano, puestos a preferir, mejor la inestabilidad y la necesidad de una búsqueda incesante de acuerdos.
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PPelotería nazional. Ahora con más premios que nunca. En su diario de toda la vida.
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Malahpersonacracia.
(Dicho así, en andalú ―y sí, esto va con segundas)
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Bases x hartura / dios.
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España, ese país en el que, si te muestras partidario de que Arnaldo Otegui pueda ser candidato en un proceso electoral, eres considerado un peligroso radical con ínfulas totalitaristas; en tanto que si te manifiestas para ensalzar la figura de un fascista criminal como Millán Astray, el Goebbels de la dictadura franquista, eres todo un patriota.
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Sardinas embarricadas o cupleidos rebeldes en lucha.
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Los susiyistas, afilando dagas para desentrañar a su César y, mientras preparan el asalto al poder de un Nerón o Nerona cualesquiera, dejar de paso una legislatura más las riendas del ya muy descompuesto imperio en manos de los bárbaros. Soy un internacionalista convencido, pero, de ser catalán, también reclamaría la independencia.
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Decir que el gallego en particular y el resto de los de España en general son pueblos retrasados no debería ser tomado como un insulto, sino más bien como un diagnóstico. Retraso cultural y educativo impuesto por los poderes fácticos a través de la correa de transmisión del bipartidismo alternante y sin alternativas del posfranquismo y por unos mal llamados medios de comunicación de masas no dedicados como debería ser a la información sino al divertimento más mórbido y morboso y la propaganda. Clientelismo, estómagos agradecidos, manipulación, pensamiento único -eufemismo de no pensamiento-... esos son los combustibles con los que se mueve un mundo en el que unos cuantos "elegidos" viajan en primera y la gran mayoría en el decrépito vagón de cola.
Píldoras color cielo
De súbito, te duele no sabes bien qué cosa. Un dolor moderado, o eso
crees, que no cesa un instante, dolor en cuerpo y alma, entero. No es
necesario que transcurra mucho tiempo para que comprendas que llegó con
vocación de permanencia; y se te hace insoportable y empiezas a hacer
planes y más planes en contra del futuro. Y es entonces cuando, como
por arte de birlibirloque, se te aparece entre sueños el bálsamo de
Fierabrás definitivo: en tu cadena favorita
—Te la "jinco"—, un manipulador de opinión te ofrece justo lo que
estabas esperando: un producto analgésico cuyo principal componente
activo, de nombre casi impronunciable con reminiscencias clásicas,
obrará en tan sólo unos días el prodigio de hacerte olvidar los malos
tiempos. Te tiras de cabeza a la farmacia. ¿Cómo te ha ido? —te pregunta
unas semanas después la farmacéutica, con la que coincides a la salida
de la consulta de un afamado hechicero. Oh, bien, muy bien —respondes
mintiéndote, porque aquella píldora color cielo aún sigue siendo tu más
firme y casi única esperanza de poder escapar de los infiernos. Pero
todo esto no son más que minucias. Sigue el dolor, pero has puesto tu
granito de arena para reactivar el consumo y devolver de este modo a
todo un país a la senda del crecimiento económico. !Enhorabuena!, ya
puedes considerarte un ciudadano modelo.
lunes, 26 de septiembre de 2016
Cuentos de la Calle Castilla (7) (Carlos Parejo)
Cuando nací, allá a finales del siglo quince, no era más que dos ringleras de casas de partida, de esas de una o, a lo más, dos plantas. Escoltábamos el camino real a Extremadura en su entrada a Sevilla.
Allí vivían entonces hortelanos de la Vega trianera, alfareros que hacían arte cerámico con las arenas y limos del Guadalquivir, pescadores de río y numerosos posaderos, tratantes de caballerías y carreteros que atendían a los viajeros recién llegados.
Al final de la calle me veía obligada a hacer un recodo para trepar suavemente al Altozano, desde el que se tendía el puente de tablas sobre barcas que comunicaba con las puertas de la Sevilla amurallada. A mi izquierda, el Castillo de la Inquisición o de San Jorge dominaba la mirada de los vecinos, que observaban el reloj de sol de su torre para saber las horas del día.
(¢) Carlos Parejo Delgado
domingo, 25 de septiembre de 2016
El retiro
Le encantaba que se lo hiciese por detrás. Pero yo temía causarle daños graves en el recto sin que pudiese percatarse a tiempo. Aquella maldita enfermedad rara, insensibilidad congénita al dolor con anhidrosis, la misma que padecía uno de los personajes de aquel autor sueco que la palmó en la flor del éxito. Su trilogía fue, tras su muerte, ampliada con una cuarta entrega que escribió otro tipo a partir de unas notas suyas. Cosas del insensato negocio editorial de este agonizante capitalismo tardío. Durante años le estuve echando huevos con tal de complacerla, pero un día, jamás olvidaré aquel uno de enero, no pude soportarlo por más tiempo. No pienso follarte nunca más el culo -le dije. Ella, en un espantoso arranque de locura, comenzó a autolesionarse con saña; había salpicaduras de sangre hasta en el techo. Ya no me quieres, nunca me has querido, oh, Dios mío, nunca nadie en toda mi jodida vida me había hecho tanto daño como tú ahora -gritaba sin cesar como una posesa en tanto mi espanto crecía y crecía ante la posibilidad de que acabase desangrándose como un puñetero cerdo por San Martín. Esa misma noche se marchó. Nunca he vuelto a saber de ella. Y no creo que pueda llegar a superarlo por muy larga y placentera que pudiese alcanzar a ser mi ahora tan poco apetecible existencia. Por otra parte, en el monasterio no se vive mal, pero la echo mucho de menos. Y me atormenta la idea de que por mi causa pudiese estar muerta. Menos mal que tengo al hermano Esteban. No es lo mismo, pero tampoco es mal consuelo.
Bucle
(mujer con revólver)
Las cuatro menos cuarto de la madrugada y aporrean la puerta. Después de tanto tiempo oculto y alejado del mundo, no me queda nadie por quien llorar o preocuparme, así que debe ser la policía ―aquel asunto turbio de hace años― o, peor aún, algún sicario, que ha venido a saldar antiguas deudas. No hay nadie afuera. Salgo y recorro con precaución las escaleras. Nada. Cuando regreso, tumbada en la decrépita chaise longue, una mujer desnuda. "Buenas noches ―me dice―, he venido a follarte." Supongo que no es más que un eufemismo. "Un momento ―respondo―, necesito ir al baño." Cuando vuelvo no hay nadie y aporrean la puerta: las cuatro menos cuarto de la madrugada.
Fotografía: Jan Saudek
sábado, 24 de septiembre de 2016
Gen-ética
―Parece mentira, a su edad, lo del señor T, ¿no te parece?
―Perdona, pero creo que no termino de entender del todo lo que pretendes decir.
―Digo que, con los riesgos que ha corrido y lo mucho que ha luchado durante toda su vida para mantener la mina a flote, está el tío como un pincel.
―Oh, sí, el frío de Baqueira, las rachas de viento en la Bahía de Palma navegando a todo trapo o tanto tener que cambiar de restaurante con el tema, no ya sólo de la mina, sino también de sus otros muchos negocios, debe ser de lo más duro.
―¿No te estarás burlando de mí, verdad?
―Oh, no, lo digo en serio. Este tío debe tener una genética a prueba de esclavistas. No como padre, que era un enclenque y, con apenas 35, ya estaba “eslomao” de picar en la bendita mina. Y mira que era el suyo un trabajo seguro y relajado. Pero él, siempre quejándose de la espalda. De nada valieron las friegas que le daba madre a diario con alcohol de romero. Porque el jornal, aunque decente, no alcanzaba para “fisiokaratecas” y, al mismo tiempo, proporcionar unos buenos estudios a los niños, como decía la pobre. Y, como padre, el abuelo. Siempre los dos con la puñetera espalda. Hasta que se los llevó la maldita silicosis. Antes de los cincuenta. Y yo, con tales antecedentes, qué quieres que te diga, temiéndome lo peor. Qué se le va a hacer, es la sempiterna salud quebradiza de la clase trabajadora…
―No eres más que un jodido cabronazo, siempre lo has sido. Y, como siempre, como desde que éramos bien pequeños, te encanta tocarme los huevos y, a la menor oportunidad, te pitorreas en mis putas narices de todo lo que digo. Nunca entenderé por qué papá y mamá no te enviaron a ti a la universidad en mi lugar. Tú, aunque tan retorcido, eres mucho más listo.
―No, no, hermano, hablo completamente en serio. Y admito que, como no podría ser de otra manera, es la selección natural la que nos pone a cada uno en el lugar que nos corresponde. Porque para conducir la nave y llevarla a buen puerto, con lo peligroso que resulta algo así y el esfuerzo que conlleva, hacen falta hombres con una salud de hierro. Como el señor T. Para agarrar los remos o bajar al agujero vale cualquiera. Mírate tú, con dos carreras, y 10 o 12 horas diarias sentado en esa maldita oficina haciendo labores administrativas para el señor T. Y con esos dolores de espalda; todo el día sentado, que es algo carente de riesgos y que no requiere esfuerzo alguno, y con la espalda reventada. Tan joven. Genética, hermano, eso es todo. Frente a la genética, toda preparación es poca. Si tuvieras la genética del cabronazo del señor T, con tus estudios y tu valía, ya hace tiempo que estarías sentado en el consejo de administración de cualquier gran empresa. Corriendo riesgos. Esforzándote hasta la extenuación. Esquiando. Navegando. Brindando con champán francés tras haber degustado los mejores platos. Pero somos débiles, hermano. Por genética. La jodida y quebradiza genética de la clase obrera. Anda, vamos, te invito a unos mostos de los espléndidos viñedos del señor T. Y a unas bacaladillas.
Vía de agua
Arrecia la tormenta
y el capitán del barco,
rodeado por el resto
de la tripulación
―desde el primero al ultimo
vestidos de neopreno
y portando el chaleco
salvainfames inflado―,
se dirige al pasaje:
"Todo va bien, no hay nada
por lo que preocuparse.
La escora de la nave,
debida al oleaje
intenso, no supone
riesgo de tipo alguno
y su seguridad
está, sin duda, al cien
por cien garantizada.
Y ahora regresen todos
a disfrutar la Música
acuática de Händel
en el salón de baile."
El pasaje, carente
de la menor noción
sobre cuestiones náuticas,
ordenado y con calma
obedece y sumiso
se entrega a la catástrofe.
Ilustración: El Roto
viernes, 23 de septiembre de 2016
El cazador de pieles
Cocodrilos ajenos al hedor de la charca
compiten con el sapo
partero por el ósculo
letal de las sirenas.
No hay color: bajo el fango
los colmillos cariados
del cántico son fauces conectadas al caos
de la inmisericordia.
No hay dolor: no hay amor.
Hay harapos y vértigo de cenizas volcánicas
sepultando el deseo con sus babas de azufre.
Pero también hay náuseas
de semen putrefacto
adherido a las vísceras sin curtir del destiempo,
extirpando los cuajos sin fe de la ternura.
El aire huele a orgasmo prematuro y sudarios.
Con las primeras heces
del eclipse, la orgía
se desata y desprende
un aluvión de zarzas
ardiendo sobre el coito del junco y la libélula.
Dante se quedó corto
describiendo el infierno.
Quiebra
Yo no nací poeta
ni moriré poeta.
El poeta no nace
y cuando, presuntuoso,
se piensa hecho y derecho,
no es más que humo torcido
que desbarata el viento.
ni moriré poeta.
El poeta no nace
y cuando, presuntuoso,
se piensa hecho y derecho,
no es más que humo torcido
que desbarata el viento.
jueves, 22 de septiembre de 2016
Cuasiespinela del epañó, epañó, epañó
En la tasca condeno,
pero en las urnas voto
al que es un manirroto
o amigo de lo ajeno.
Y prefiero, a lo bueno
por conocer, lo malo
conocido, y me igualo
de este modo al jumento
que iluso va contento
tras zanahoria y palo.
pero en las urnas voto
al que es un manirroto
o amigo de lo ajeno.
Y prefiero, a lo bueno
por conocer, lo malo
conocido, y me igualo
de este modo al jumento
que iluso va contento
tras zanahoria y palo.
Poema tonto
Vaya un poema tonto
aquel que nunca supe
ni me atreví a escribir,
y se quedó varado
dentro de un laberinto
de palabras no dichas
y tímpanos quemados,
a la porfiada espera
de un hilo que ni en sueños
jamás llegó existir
para mí: el espantoso
y dócil minotauro.
aquel que nunca supe
ni me atreví a escribir,
y se quedó varado
dentro de un laberinto
de palabras no dichas
y tímpanos quemados,
a la porfiada espera
de un hilo que ni en sueños
jamás llegó existir
para mí: el espantoso
y dócil minotauro.
miércoles, 21 de septiembre de 2016
Con sólo 5 dólares
"Mueren tres niños tras estallar una mina antipersona en una escuela de la ciudad siria de Manbij."
EUROPA PRESS, 21/09/2016
Con sólo 5 dólares,
―el precio aproximado
de seis o siete kilos
de semillas de trigo―
se fabrica una mina antipersona.
Esto, teniendo en cuenta
que el gasto militar medido en dólares
del año 2015 en todo el mundo
fue de 1,7 billones, nos daría,
dedicando esa pasta
según a qué cuestiones,
para casi cincuenta
minas antipersona por persona
o en torno a los trescientos
kilogramos de siembra
contra el hambre per cápita.
Pero los filantrópícos
grandes hombres de Estado,
―candidatos perpetuos
al Nobel de la Paz―,
que rigen el incierto
destino de los hombres,
a la hora de tomar
decisiones, prefieren
―¡BASTARDOS!― ver morir
―daños colaterales―
150 veces
por 7000 millones
a tres niños sin nombre
del mundo empobrecido,
a poner al alcance
de su desnutrición
y su miedo, la paz,
la risa y la semilla.
Con sólo 5 dólares
―el precio aproximado
de seis o siete kilos
de semillas de trigo―
ayer en una escuela
olvidada de Siria,
una mina brutal
alejó para siempre
a tres niños del miedo
a la guerra y el hambre.
Dukkha
una amalgama hostil de sanguijuelas
habita las arterias de los sueños
secándolas
lacrando
la línea en que convergen
la mies y la alborada
y ajando con proterva
fruición el corazón de la esperanza
habita las arterias de los sueños
secándolas
lacrando
la línea en que convergen
la mies y la alborada
y ajando con proterva
fruición el corazón de la esperanza
cómo no maldecir
el arrepentimiento de Pandora
el arrepentimiento de Pandora
ese error que sumado
a su curiosidad morbosa
a su curiosidad morbosa
fue el principio del fin
del único placebo
que asiste al ser humano
del único placebo
que asiste al ser humano
en su tránsito inútil por el mar sin orillas
de luz que dé sentido
a la sal y las sombras
de luz que dé sentido
a la sal y las sombras
martes, 20 de septiembre de 2016
La consulta
Érase un pueblito aislado y escaso en población en el que todos sus habitantes con edad para trabajar lo hacían al servicio del marqués. Tras el fallecimiento del noble y nada previsor varón sin descendencia conocida alguna y, por tanto, sin herederos legales, se planteó, a falta de testamento que le diese pronta e incuestionable solución al mismo, el obligado asunto de qué hacer con sus muchas posesiones. Una parte nada despreciable de los líderes vecinales, aunque tampoco como para aglutinar en torno a su propuesta a una mayoría suficiente del hasta entonces nunca consultado censo electoral, abogó por decidirlo mediante la celebración de un referéndum, iniciativa contra la que se posicionaron de inmediato no pocos detractores, rotundamente opuestos a la puesta en marcha de cualquier proceso de democracia participativa. Finalmente, a objeto de tratar de comenzar a desbloquear la situación, los unos y los otros acordaron la celebración de un referéndum a fin de decidir si la cuestión hereditaria habría de terminar resolviéndose o no mediante la fórmula de una consulta ciudadana al respecto. La participación fue masiva. Tanto como la suma de votos nulos y en blanco.
NOTA: Y así finalizaba la historia. Pero un amigo, tras leerla, apuntó el siguiente epílogo:
"Y al final se lo llevó la iglesia, como siempre."
Y esto me empujó a pergeñar un contraepílogo más esperanzador y democrático:
"Ante tan inteligente respuesta ciudadana frente a su estulticia manifiesta, los lideres vecinales, avergonzados, cayeron en una profunda depresión que los llevó a abandonar el mundanal ruido para recluirse de por vida en instituciones de carácter monacal o en covachas perdidas en las más remotas e inexploradas de las montañas. Sin tal estorbo, los habitantes del pueblito, abrazando como ideario el socialismo libertario, se organizaron en una sociedad de seres libres, igualitaria, laica y autogestionada de manera asamblearia. Desde entonces son felices."
Técnica y civilización
Fue durante la prehistoria cuando se produjeron los más grandes inventos y descubrimientos de la historia: el dominio del fuego, la rueda, el arado… Grandes avances para la calidad de vida de los seres humanos sin menoscabo de su esencia de animales libres a la par que sociales, ni perjuicios significativos para el complejo y prodigioso entramado del soporte vital que nos acoge. Luego llegaron la moneda, el reloj mecánico, los púlpitos monoteístas, la propiedad privada, las tribunas políticas, la pólvora, los himnos, las banderas… Engendros todos ellos que, percibidos engañosamente como elementos netos de prosperidad y progreso en unos casos, o como males tan necesarios como fácilmente asumibles gracias a la incuestionable omnipotencia de la técnica y la ciencia para suturarlos en otros, no han sido más que pasos desbocados en la bruma hacia el Apocalipsis. Quizás hubiésemos podido aprovecharlos para conducirnos por caminos más amables, pero no ha sido así y se ha hecho tarde.
lunes, 19 de septiembre de 2016
Última conversación entre Barberá y Rajoy
(Cuasiespinela)
¿Di cómo tú, Presidente,
que, al “caloret” de la gente,
me llamabas “la mejor”,
ahora me exiges, traidor,
que dejando, de repente,
toda poltrona, dimita?
¿Sabes qué, Rajoy?: la Rita
dice con el refranero
que en escaños y en dinero
lo que se da no se quita.
¿Di cómo tú, Presidente,
que, al “caloret” de la gente,
me llamabas “la mejor”,
ahora me exiges, traidor,
que dejando, de repente,
toda poltrona, dimita?
¿Sabes qué, Rajoy?: la Rita
dice con el refranero
que en escaños y en dinero
lo que se da no se quita.
Cuentos de la Calle Castilla (6) (Carlos Parejo)
Las tabernas y bodeguitas tradicionales de Triana eran conocidas por sus platos. Muchos de ellos eran cocina marinera que,con los barcos, subía el río Guadalquivir desde Sanlúcar de Barrameda. Estaban los chocos, las puntillitas, las tortillas de camarones o las cazuelitas de gambas al ajillo. También había quién freía adobo de los barbos del río, o aprovechaba el cocido doméstico para sus pringás.
En los años setenta entró la cocina nacional e internacional y tuvo su establecimiento pionero. Había un camarero en el Bar Noly que era capaz de recitarte las sesenta tapas que ofrecía, sin equivocarse y repetir ninguna, como si estuviera en un examen de oposiciones.
(¢) Carlos Parejo Delgado
domingo, 18 de septiembre de 2016
Despojos
Es la noche del 24 de diciembre. Pero esto no es cuento navideño. Esta es la historia de un hombre que quedó atrapado para siempre en la mañana gris de un 23 de octubre de un año que hace mucho no recuerda. Es Nochebuena, pero no para él, que nunca ya podrá vivir un año nuevo.
Los pactos de la burra (16)
Tanto monta, monta tanto, Susiyó como Mariano.
BONUS TRACKS
Tanto tiempo pensando que la ultraderecha patria se ubicaba en exclusiva dentro del corazón podrido del Partido Popular, y ahora vienen los Rodríguez Desbarra, Felíbex González, Bono Luto y compañía a sacarnos de nuestro error con sus arengas susimarianas, y a hacernos comprender que también tiene su nauseabundo sitio de privilegio reservado en el aparato excretor del PSOE.
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Nuestro nunca tan detestado como detestable desgobierno en defunciones cada día es más de parapetarse tras razones de Astado.
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Proxenetas de Estado.
¡Viva la inteligencia!
La alcaldesa de Madrid, en otro brote agudo de memorialismo histórico, pretende cambiar, rememorando la valerosa, democrática y antifascista frase de Unamuno, el nombre de la calle dedicada a Millán Astray por el de "Calle de la Inteligencia". Y, claro, como no podía ser de otro modo este país como Dios manda, una muy rancia asociación de veteranos novios de la muerte y olé se ha rebotado hasta las heces contra las intenciones de Carmena. Por su parte el PP, rizando el rizo, propone el nombre de "Calle del fundador de la Legión Española, Millán Astray". Y ahí están todos, unos y otros, enrocados en su frentismo acérrimo y su intransigencia. Hay que ser más tolerantes, ¡cojones! Yo, en honor a esa tan necesaria tolerancia, propondría una solución intermedia que contentase tanto a nuestros patrióticos y muy falangistas veteranos caballeros legionarios como a la horda radical de perroflautas memorialistas que gobiernan el ayuntamiento de Madrid: adoptar el nombre de "Calle del asesino fascista Millán Astray". !Y que viva la inteligencia!
sábado, 17 de septiembre de 2016
Poemas malos a conciencia
Escribo mucho -más que nada poesía- y, pese a esforzarme por
hacerlo bien o al menos pulcramente, casi todo malo. Qué le vamos a hacer; no
da uno para más. Es un poco frustrante. Pero sigo escribiendo. Porque todo ese
sinsabor queda compensado con creces en esas ocasiones en las que escribo un
poema malo a conciencia y el producto resultante es malo, malo. Son pocos, pero
me encantan. Y, aunque quede feo que lo diga yo, estoy convencido de que estos
sí son muy buenos.
Sin paños calientes
(Tomografía axial computarizada)
Por mucho que se quiera
poner paños calientes,
lo del PP y España
es de tragedia y traca.
Y armada con polonio.
Así, con el PP,
en tanto la evasión
y la elusión fiscal
de todo salvapatrias
afín a sus doctrinas
se amnistía, asistimos
al dantesco espectáculo
de ver como sus cargos
ya públicos u orgánicos
están siendo imputados
de norte a sur en masa.
Y luego está el asunto
del desmantelamiento
del Estado y lo público
para entregar sus pútridos
despojos a las ávidas
hienas de lo privado:
recortes perpetrados
a tutiplén y, a un tiempo,
la deuda —esa que llaman
soberana por ser
la autoridad suprema
que nos mete en cintura
usurera y despótica—
creciendo desbocada.
Ante este panorama
narrado de manera
sucinta, es obligado
interrogarse acerca
de qué es mas pernicioso
para el pueblo: ¿que sean
una mafia corrupta
o pésimos gestores?
(y ahora vas y los votas)
Por mucho que se quiera
poner paños calientes,
lo del PP y España
es de tragedia y traca.
Y armada con polonio.
Así, con el PP,
en tanto la evasión
y la elusión fiscal
de todo salvapatrias
afín a sus doctrinas
se amnistía, asistimos
al dantesco espectáculo
de ver como sus cargos
ya públicos u orgánicos
están siendo imputados
de norte a sur en masa.
Y luego está el asunto
del desmantelamiento
del Estado y lo público
para entregar sus pútridos
despojos a las ávidas
hienas de lo privado:
recortes perpetrados
a tutiplén y, a un tiempo,
la deuda —esa que llaman
soberana por ser
la autoridad suprema
que nos mete en cintura
usurera y despótica—
creciendo desbocada.
Ante este panorama
narrado de manera
sucinta, es obligado
interrogarse acerca
de qué es mas pernicioso
para el pueblo: ¿que sean
una mafia corrupta
o pésimos gestores?
(y ahora vas y los votas)
viernes, 16 de septiembre de 2016
Rutina
Me levanto temprano
—las cinco y media en punto.
Me ducho y desayuno
y a diario me dirijo
a la cruda mazmorra
donde habita el olvido
—qué gran poema este
que escribiera, aunque usando
otro tiempo verbal,
Luis Cernuda en honor
de una rima de Bécquer.
La autopista a estas horas
soporta poco tráfico
y, aunque alerta, no alcanzo
a dejar ni un instante
de vislumbrar los restos
del cadáver nonato
de un porvenir que siendo
desde siempre no más
que una quimera, nunca
supe dar por perdido.
Me asalta, a qué negarlo,
la tentación, a veces,
de entregarme al cansancio
que me infligen la ausencia
y la desesperanza,
dejando una vez más
—esta ya para siempre—
en las zarpas del caos
y la inercia mi sino.
"...para vivir con miedo."
—recuerdo a Ángel González
y me digo que, al menos,
ahora que ya está todo
para siempre perdido,
no he de ser como antaño
un cobarde. Y me aferro
al volante lo mismo
que a un clavo ardiendo y sigo,
pese al miedo, camino
de la mazmorra henchida
de deseos imposibles
y recuerdos amargos
donde habita el olvido.
Acaso, aunque tan cruel,
sea un modo de esperanza
—qué espanto—. En cualquier caso,
qué más da; "nada grave".
—las cinco y media en punto.
Me ducho y desayuno
y a diario me dirijo
a la cruda mazmorra
donde habita el olvido
—qué gran poema este
que escribiera, aunque usando
otro tiempo verbal,
Luis Cernuda en honor
de una rima de Bécquer.
La autopista a estas horas
soporta poco tráfico
y, aunque alerta, no alcanzo
a dejar ni un instante
de vislumbrar los restos
del cadáver nonato
de un porvenir que siendo
desde siempre no más
que una quimera, nunca
supe dar por perdido.
Me asalta, a qué negarlo,
la tentación, a veces,
de entregarme al cansancio
que me infligen la ausencia
y la desesperanza,
dejando una vez más
—esta ya para siempre—
en las zarpas del caos
y la inercia mi sino.
"...para vivir con miedo."
—recuerdo a Ángel González
y me digo que, al menos,
ahora que ya está todo
para siempre perdido,
no he de ser como antaño
un cobarde. Y me aferro
al volante lo mismo
que a un clavo ardiendo y sigo,
pese al miedo, camino
de la mazmorra henchida
de deseos imposibles
y recuerdos amargos
donde habita el olvido.
Acaso, aunque tan cruel,
sea un modo de esperanza
—qué espanto—. En cualquier caso,
qué más da; "nada grave".
Maleficio
A Penélope se le escurrió la aguja y se pinchó en un dedo. Laertes,
desde entonces, suplica cada noche a Poseidón que impida regresar a
Ulises.
Ilustración: John William Waterhouse
jueves, 15 de septiembre de 2016
Agallas
Boqueando
como un pez
fuera
del agua,
necesito un respiro
o algo que,
sucedáneo,
se asemeje a un respiro.
Mas no soy más que un pez
cautivo de la red de una memoria
mayor que la de Funes,
boqueando a miles de años luz del agua.
(espejismos)
como un pez
fuera
del agua,
necesito un respiro
o algo que,
sucedáneo,
se asemeje a un respiro.
Mas no soy más que un pez
cautivo de la red de una memoria
mayor que la de Funes,
boqueando a miles de años luz del agua.
(espejismos)
Machacando a Machado
Caminante, tus muñones
qué puñetas han de hollar,
si no quedan ya caminos
porque Mariano al andar
raudo y tieso cual pepino
sólo va dejando atrás
como el corcel de aquel huno
tierra yerma y pedregal.
Caminante, son tus huellas
una mierda "empapelá".
(antiepopeya)
qué puñetas han de hollar,
si no quedan ya caminos
porque Mariano al andar
raudo y tieso cual pepino
sólo va dejando atrás
como el corcel de aquel huno
tierra yerma y pedregal.
Caminante, son tus huellas
una mierda "empapelá".
(antiepopeya)
Nocturno
Y a qué cantarle ahora,
en esta noche de ánimas
que, envueltas en el frío
sudario de sus sueños,
se pudren en silencio.
miércoles, 14 de septiembre de 2016
Chorizo a la sombra
Me contaba mi padre
―maestro en reducir
las penas al absurdo―
que en los años del hambre,
se puso muy de moda
en las casas humildes
el chorizo a la sombra.
Se colgaba un chorizo
debajo de una lámpara
para que proyectase
su nutritiva sombra
sobre un plato vacío,
y se mojaba pan
si lo había, y si no,
se lamía por turnos.