domingo, 25 de septiembre de 2016

Bucle

(mujer con revólver)

Las cuatro menos cuarto de la madrugada y aporrean la puerta. Después de tanto tiempo oculto y alejado del mundo, no me queda nadie por quien llorar o preocuparme, así que debe ser la policía ―aquel asunto turbio de hace años― o, peor aún, algún sicario, que ha venido a saldar antiguas deudas. No hay nadie afuera. Salgo y recorro con precaución las escaleras. Nada. Cuando regreso, tumbada en la decrépita chaise longue, una mujer desnuda. "Buenas noches ―me dice―, he venido a follarte." Supongo que no es más que un eufemismo. "Un momento ―respondo―, necesito ir al baño." Cuando vuelvo no hay nadie y aporrean la puerta: las cuatro menos cuarto de la madrugada.

Fotografía: Jan Saudek

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