Y, tras aquel beso encendido de la princesa azul al otro sapo, saltaron por la charca muy felices y comieron mosquitos y lombrices, y a mí, que estaba allí, me dejaron con dos palmos de narices.
La flor del tabaco
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*(Pues si mata… que mate)*
*A Manolo Rubiales –echando humo.*
*Ayer noche, al quedarme sin tabaco*
*–Estaban los estancos y colmados,*
*Los quioscos...
2 comentarios:
La foto es preciosa. Y no te preocupes la próxima luna llena te toca ser príncipe azul
Todo llega, paciencia!
Eso sí, la imagen me resulta tétrica, si soy yo me da un infarto (le tengo fobia a las ranas y a todos sus parientes) Guacala!!!
Besos ¿De sapa?
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