skip to main |
skip to sidebar
A
cada minuto que pasa, es mayor el clamor popular (me refiero al clamor
del pueblo ninguenado, avasallado y penetrado analmente y sin vaselina, y
no al de ciertas mafias sobre-cogedoras que ya han prostituido hasta la
saciedad el jodido adjetivo) denunciando que la situación
socioeconómica actual, más que de crisis, debería ser calificada como una descomunal estafa.
Un poco de rigor en el uso del lenguaje, señoras. Y señores. De acuerdo en que se
trata de una estafa tal vez sin precedentes en cuanto a su magnitud, o, para ser más exactos, de un brutal atraco
perpetrado con violencia y alevosía. Pero, precisamente por eso, es también
una crisis. Porque crisis es sinónimo de cambio y esto es lo que está
sucediendo: un cambio de lugar de los cada vez más mermados recursos del
pueblo -repito, mediante un obsceno y generalizado atraco con violencia y
alevosía- hacia los orondos y apestosos bolsillos de las mafias
empresariales, financieras y políticas. Lo llaman crisis y lo es.
1 comentario:
Los que viven muy bien se han vuelto más escasos y notorios, y los que viven estrechados son mayoría.
Publicar un comentario