El dos es, con un par,
el número perfecto:
porque no hay dos sin tres
y tres son multitud
y es la unión de los muchos
la que nos hace fuertes.
El dos se opone al uno,
ese número bárbaro
-añádase una hache-
que, narcisista, mira
sólo hacia sí y por sí,
abriéndole el camino
al cero, lo vacío.
el número perfecto:
porque no hay dos sin tres
y tres son multitud
y es la unión de los muchos
la que nos hace fuertes.
El dos se opone al uno,
ese número bárbaro
-añádase una hache-
que, narcisista, mira
sólo hacia sí y por sí,
abriéndole el camino
al cero, lo vacío.
1 comentario:
Pareces Lewis Carroll el matemático que se enamoró de la poesía
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