En tanto que la esperanza de vida al nacer no alcanza los 41 años en Zambia, cada tres segundos (uno… dos… tres…) muere de hambre un niño en el mundo, y en torno a mil millones (1.000.000.000) de seres humanos sobreviven a duras penas con menos de un dólar diario; científicos del Centro Superior de Investigaciones Científicas presentan en Madrid el Revidox; unos comprimidos que, fabricados a partir de 45 kilos de uva y al precio de un euro la unidad, tienen, según sus creadores, la facultad de prevenir el envejecimiento. Habremos de convenir, por tanto, que la ciencia tiene algún que otro aspecto en común con ese otro elixir de la juventud que es el amor. Uno de ellos, sin duda, es la ceguera.
jueves, 30 de abril de 2009
miércoles, 29 de abril de 2009
[{¬¬¬¬¬¬**}]
Idea Vilariño, descanse en paz
En la madrugada del 27 de abril, en un hospital de Montevideo y a causa de un problema respiratorio, murió a los 88 años la genial e inimitable poeta uruguaya Idea Vilariño. Sus textos han sido traducidos a varios idiomas y figuran en las mejores antologías de poesía hispanoamericana.
Las musas hoy están de luto.
Si muriera esta noche... (Idea Vilariño)
Si muriera esta noche
si pudiera morir
si me muriera
si este coito feroz
interminable
peleado y sin clemencia
abrazo sin piedad
beso sin tregua
alcanzara su colmo y se aflojara
si ahora mismo
si ahora
entornando los ojos me muriera
sintiera que ya está
que ya el afán cesó
y la luz ya no fuera un haz de espadas
y el aire ya no fuera un haz de espadas
y el dolor de los otros y el amor y vivir
y todo ya no fuera un haz de espadas
y acabara conmigo
para mí
para siempre
y que ya no doliera
y que ya no doliera.
Ya no (Idea Vilariño)
martes, 28 de abril de 2009
De pesadilla en pesadilla
De madrugada,
Al despertar de espanto,
Suplico que el pasado no haya sido
Más que un maldito sueño, y el futuro,
Un recorrido incierto que se mira con fe.
Entonces las tinieblas que envuelven mis ensueños
Me inundan las pupilas con su plomo,
Y un cansancio escabroso y testarudo
Quebranta las liturgias y mis alas,
Abriendo paso al vértigo.
(Me está, la gravedad, moliendo a palos)
Qué errados los que dicen que el pasado,
Lo mismo que el futuro,
Carece de existencia.
lunes, 27 de abril de 2009
Migraña
Después de una semana de migraña
Acudo a las urgencias, consternado,
Y, hermosa como Venus Calipigia,
Me advierte la doctora Carretero
Del riesgo coronario del tabaco.
“Pero hace varios años que no fumo”
–Le apunto paseando mirada,
Febril, por los pezones que, encendidos,
Deja entrever la seda de su bata.
“En ese caso –dice con firmeza-
Tendré que examinarlo más a fondo”,
E indica que me vaya desnudando,
En tanto, alzando el peplo, deja al aire
Sus nalgas y caderas bronceadas,
Justo antes de tumbarse en la camilla
Brindándome su hechizo más ignoto.
La sed toma mi boca, ineluctable,
Y lamo la humedad junto a su pubis
Que tiembla mientras ella, susurrando,
Suplica que no pare, que penetre
Mi lengua en sus adentros más, más rápido.
De súbito también busca sedienta
La espuma que se yergue en mis deseos
Y engendra entre los dos una tormenta
De espasmos, alaridos y jadeos.
Más tarde, cabalgando enloquecida
A lomos de mi anhelo desbocado,
Convulsa y delirante, me suplica
Que ocupe de pasión su retaguardia.
Mas vuelve pronto a armarse en mi galope
Y a un ritmo trepidante se me acopla
Queriendo eternizarme en sus entrañas;
Me clava uñas y dientes, me espolea,
Me ahoga de placer, pierde el aliento,
Y al fin, cuando al unísono estallamos,
Pletórica, una vez repuesto el aire,
Me ofrece compartir un cigarrillo.
“Pensaba que pasabas de ese vicio”
–Le digo acariciándole las corvas-;
“Lo cierto es que no fumo –me responde-
A no ser como postre de un buen polvo;
Así que cabalguemos ya de nuevo
Que quiero hacerle honor a mi apellido
Sirviendo de terapia a tu migraña”.
Acudo a las urgencias, consternado,
Y, hermosa como Venus Calipigia,
Me advierte la doctora Carretero
Del riesgo coronario del tabaco.
“Pero hace varios años que no fumo”
–Le apunto paseando mirada,
Febril, por los pezones que, encendidos,
Deja entrever la seda de su bata.
“En ese caso –dice con firmeza-
Tendré que examinarlo más a fondo”,
E indica que me vaya desnudando,
En tanto, alzando el peplo, deja al aire
Sus nalgas y caderas bronceadas,
Justo antes de tumbarse en la camilla
Brindándome su hechizo más ignoto.
La sed toma mi boca, ineluctable,
Y lamo la humedad junto a su pubis
Que tiembla mientras ella, susurrando,
Suplica que no pare, que penetre
Mi lengua en sus adentros más, más rápido.
De súbito también busca sedienta
La espuma que se yergue en mis deseos
Y engendra entre los dos una tormenta
De espasmos, alaridos y jadeos.
Más tarde, cabalgando enloquecida
A lomos de mi anhelo desbocado,
Convulsa y delirante, me suplica
Que ocupe de pasión su retaguardia.
Mas vuelve pronto a armarse en mi galope
Y a un ritmo trepidante se me acopla
Queriendo eternizarme en sus entrañas;
Me clava uñas y dientes, me espolea,
Me ahoga de placer, pierde el aliento,
Y al fin, cuando al unísono estallamos,
Pletórica, una vez repuesto el aire,
Me ofrece compartir un cigarrillo.
“Pensaba que pasabas de ese vicio”
–Le digo acariciándole las corvas-;
“Lo cierto es que no fumo –me responde-
A no ser como postre de un buen polvo;
Así que cabalguemos ya de nuevo
Que quiero hacerle honor a mi apellido
Sirviendo de terapia a tu migraña”.
domingo, 26 de abril de 2009
"Adievidente"
sábado, 25 de abril de 2009
Dedicatoria
viernes, 24 de abril de 2009
Apremio
Se erigirá la Noche.
No estas noches en vela;
Digo
La Noche, digo
Lo ignoto, lo inaudito,
La inercia sin aliento que, indolente,
Se expande como herrumbre, igual que un mar
Estático y sin nombre.
Se erigirá esa Noche que os digo y no conozco
Y entonces,
Como nunca,
Como siempre tal vez,
Quizá habrá sido
Tarde.
Y es que
Cada cosa,
Por mucho que nos joda,
A su debido tiempo.
jueves, 23 de abril de 2009
Olvido
De súbito una tarde de aguacero,
Sus ramas, aún en flor, plenas de pájaros,
Cayó a plomo abatido por el rayo.
Los trinos se apagaron como ocasos
Al tiempo que, del fuego, las cenizas
Crecieron devorando cada pétalo.
La lluvia fue, no obstante, compasiva,
Besando la madera calcinada
Del tronco moribundo, con sus aguas,
Patético esqueleto que, en el suelo,
Quedó a merced del tiempo y sus designios:
Oscura eternidad de flema y nieve.
Voraces leñadores de miserias,
Llegados al olor de la cellisca,
Talaron con sus fauces los vestigios
De aquella primavera, de humo, herida.
Mordieron y mordieron, remordieron,
Dejando nada más carroña infecta
Comida de gusanos y de moscas,
Sin vida y a merced del crudo invierno.
Mas una amanecida, inesperado,
El sol pleno de luz venció a la nieve
Y un lívido retoño fue creciendo,
Fragancias de paulonia y ave fénix
Nacidas del rocío y de la escoria.
(Los pájaros de antaño, de regreso
Y ajenos al prodigio reencarnado,
Volvieron a anidar sobre las ramas
Crecidas de una herencia sin recuerdos).
miércoles, 22 de abril de 2009
En el Día de la Tierra: LOCUS AMOENUS (un poema de Raquel Lanseros)
La Tierra está llorando.
Nuestro salón de estar es un enfermo crónico.
Ahora,
cuando el futuro tiene dentadura de asfalto
el locus amoenus de césped terciopelo
es un moderno centro multiusos
que contiene -amén de otras facilities-
varias boutiques de moda primavera,
restaurantes, gimnasios, salones de belleza,
visite los famosos multicines Arcadia,
podrá usted compartir palomitas
en el mismo lugar donde se amaron
bucólicos pastores de mirada extasiada.
La Tierra está llorando.
Nuestro cuarto de estar es un enfermo crónico.
Hoy,
cuando sueños y euros son palabras sinónimas,
el palacio encantado de la Bella Durmiente
se ha parcelado en urbanizaciones
de acabados espléndidos, vistas a las colinas
donde el sol languidece.
Nadie con buen criterio desperdiciaría
esta oportunidad tan lisonjera,
Sleeping Beauty: chalets y pareados,
el paraíso del siglo veintiuno
al alcance de cualquier bolsillo acomodado.
La Tierra está llorando.
Por suerte
ayer salieron a la calle unos pocos
armados de coraje para intentar curarla.
Los disolvieron los antidisturbios.
Raquel Lanseros (de "Diario de un destello")
martes, 21 de abril de 2009
Sin pruebas
A veces se revela el desconsuelo
En forma de caminos oxidados,
De huellas que, sin aire, enmohecieron
Golpeadas por la herrumbre de un olvido
De lances sin verdad, lugar, ni tiempo.
Del tétrico panteón de la memoria,
Entonces, se alzan, lúgubres y serias,
Criaturas demoníacas y rumores
Sin ojos, manos, lengua,
Sin pulmones,
Esponja acumulando hiel, epílogo
Sin prólogo, capítulos ni verbo.
A veces
El olvido
Se constituye en lápida, en exequias,
En farallón sin norte.
No es el infierno un plato de buen gusto;
La penumbra, las manos
Tendidas hacia el orto, la zozobra
Del llanto que, inaudito y esquelético,
Se rompe en ensenadas sin arena:
Pleamar y bajamar, tras la redada,
Jugando a poli bueno y poli malo.
viernes, 17 de abril de 2009
La extinción
jueves, 16 de abril de 2009
Harapos
miércoles, 15 de abril de 2009
Terciopelo verde
La otra noche, asfixiante, el desaliento
Apagó con su alfanje mi deseo,
Y un viento norte helado y macilento,
Lejano trasegó tu gineceo.
Mi vuelo desplomado sin sustento
Fue sombra de tu luna en su apogeo,
Y alzóse el crudo invierno en testamento,
Mudando nuestro tálamo hipogeo.
Mas luego, haciéndose ala con tu abrazo,
El tibio terciopelo de tu piel
Fundiendo el hielo, un cálido vergel
Florido hizo nacer en tu regazo;
Y el ansia que de invierno se extinguiera,
Brotó de nuevo aroma y primavera.
Ilustración: Terciopelo verde, de Mar Sánchez.
Presentación de "Algarabía de preguntas", de Dolo Vidosa
El próximo viernes, 17 de Abril, a las 7,30 de la tarde, en la caseta de la Feria del Libro instalada en la Avenida de Andalucía de Huelva, será presentado el libro "Algarabía de preguntas", de Dolo Vidosa; un libro de preguntas que no buscan respuestas.
Presentará el libro Félix Amador Gálvez, pintor y escritor de Moguer, autor de libros como Diario de un feo recién divorciado y Las Palabras Mágicas, así como de multitud de relatos cortos, con los que ha ganado muchos y merecidos premios.
Mas información en Gafas de cerca, el blog de la autora.
martes, 14 de abril de 2009
La esencia malograda
Las horas en silencio desgajadas
Del árbol de mi aullido por el viento
Me aturden de tal modo,
Cansan tanto,
Que, atónito, no alcanzo a recordar
La esencia devastada de tu nombre.
Y trato de inventarte alguno nuevo
Que me haga con justicia bautizarte.
Me gustan
Magdalena,
Luz, Piedad,
¡Piedad, oh sí, Piedad, qué hermoso nombre!...
Mas luego en mi cabeza irrumpen otros
Más fieles con tu actual significado
Y no sé decidirme entre Dolores,
Martirio, Olvido, Angustias o Calvario.
Tango (un poema de José Ángel Valente)
El corazón se va quedando solo
del lado más aciago de la pena.
Ay corazón, cantáme
los oscuros naufragios,
decíme al fin quién es el ahorcado
cuyos compases miden
la longitud del tiempo en los desvanes.
Loco del arrabal
perdido entre cuchillos.
Ay corazón, cantáme por lo bajo,
cantáme por lo nada memorable,
decíme adónde va de tumbo en tumbo,
corazón naufragado,
la infinita mañana.
lunes, 13 de abril de 2009
sábado, 11 de abril de 2009
Involución
A Isabel Guevara; por si la luz.
La palabra precisa,
Esa que en su fulgor
–Luz maleable -
Hace posible el canto,
Se ha roto entre el cristal y el junco.
El eco de un estrépito brutal
Ha irrumpido a la par de los jirones,
Resquebrajando el vidrio,
En tanto el junco,
Dócil,
Humillándose al viento,
Se ofrenda en las mordazas de su savia
Al borde que desploman las esquirlas.
viernes, 10 de abril de 2009
Abril (II)
“pero aquéllas que el vuelo refrenaban”
Gustavo Adolfo Bécquer
Aquel año, en abril,
No floreció la primavera.
La escarcha, insólita en los sauces,
Helaba en la pupila encapotada
El llanto desolado de los hombres,
En tanto una amenaza de tormenta
De estériles desiertos se hizo augurio.
Una revolución perdida en ciernes
Sacó del fondo gris de las cloacas
A ejércitos de ratas que colmaron
De lúgubres penumbras la avenida
Del vuelo compartido hecho palabra.
Volvieron, sí, cual saetas,
Volvieron las oscuras golondrinas:
Fantasmas con las alas desgarradas
Colgando su hipogeo a los balcones
Y el aire sepultando en lenguas yermas.
(El nombre del amor, cándido verbo,
Protervo se mudó en odio silente
Brutal de indiferencia en su desprecio
Y echando a la basura las semillas
Que nunca en el jardín parterre hubieron).
jueves, 9 de abril de 2009
Breve monólogo de un ateo en su agonía
¡Maldito dios!, te llamo y no me atiendes.
Me afano en alumbrarte de la nada
Y no consigo darle aliento al barro;
Te rezo heterodoxo, te rezo blasfemando;
Te busco en los altares del ensueño
Y estallan demolidos en mis manos;
Mi anhelo es venerarte, ser tu huésped,
Mas huyo de tu casa y apostato.
Me angustia tu invisible omnipresencia;
No entiendo tu liturgia de silencios
Ni el caótico abandono que, sin tregua,
Arruina los pilares de tu templo.
Con celo guardo el alma y las espaldas
De aquellos que se arrogan tu palabra
Y dicen ser ministros comandando
Tu iglesia que, además de ser un reino
–Escollo y freno anclado en el pasado-,
No se halla en este mundo, según dicen,
Ni en otro alcanza mi alma a imaginarlo.
¡Maldito dios qué no logro inventarte!
Me afano en alumbrarte de la nada
Y no consigo darle aliento al barro;
Te rezo heterodoxo, te rezo blasfemando;
Te busco en los altares del ensueño
Y estallan demolidos en mis manos;
Mi anhelo es venerarte, ser tu huésped,
Mas huyo de tu casa y apostato.
Me angustia tu invisible omnipresencia;
No entiendo tu liturgia de silencios
Ni el caótico abandono que, sin tregua,
Arruina los pilares de tu templo.
Con celo guardo el alma y las espaldas
De aquellos que se arrogan tu palabra
Y dicen ser ministros comandando
Tu iglesia que, además de ser un reino
–Escollo y freno anclado en el pasado-,
No se halla en este mundo, según dicen,
Ni en otro alcanza mi alma a imaginarlo.
¡Maldito dios qué no logro inventarte!
Ilustración: Cristo de Dalí.
miércoles, 8 de abril de 2009
Sólo la búsqueda
No es fácil reinventarse cada noche;
Tomar el barro exánime en las manos
Y, en un vahido exangüe y derrotado,
Hacer que emerja un sueño de la nada.
No es fácil ser a un tiempo dios y pájaro:
El vuelo se resiste a ser destino
-Si efímero el aliento es a los dioses,
Asfixia eterna el sueño a los mortales-.
Cómo evitar el llanto, la congoja
Brotando a borbotones por los poros,
Ante ese alumbramiento de penumbras
Al polvo condenadas con el alba;
Cómo evitar preñarnos de quimeras
Sin que haya de morir el Universo.
martes, 7 de abril de 2009
Abril
Tiene este abril las garras
Afiladas,
Aúlla hambriento;
Devora el núcleo azul del horizonte,
Que gime luna a mares por sus manos,
En tanto que, en la arritmia de las horas,
Los astros se desploman consumados.
La flor inmarcesible de lo estéril,
Transida de tiniebla en la nostalgia,
Germina sobre un campo de cadáveres
Negados a la luz del arco iris:
La sal en la pupila es llaga insomne.
Los pájaros, ausentes de la aurora,
Degüellan con su elipsis la semántica
Nombrando y dando ser a lo inaudito:
Equívoco brutal que, sin aliento,
Impúdico calcina el tenue vuelo
Que apenas principió la mariposa.
Este abril tiene entrañas de diciembre,
De cellisca perpetua, de emboscada
De lobos presentidos al acecho
En páramos tomados por la nieve.
Este abril tiene atuendo de verdugo
Y el polvo de mi voz sin alegato
La blanca tez del reo ante el patíbulo.
La sed del murciélago
Esta aberrante sucesión de muertes
no es nada buena para la salud,
os lo aseguro.
Se nos muere un domingo,
un doce de febrero,
o unas tres menos cuarto de la tarde;
y un lunes infinito se hace llaga
en medio del imperio del silencio.
Eso sí, el negocio de los mármoles
prospera,
también el de las flores sin vida coronando
un sueño que se acaba.
Mala cosa el oxígeno, mi hermano,
se nos mete en las venas a destajo
haciéndonos pensar que otorga vida,
y no es más que un pirómano insaciable
que avanza como plaga de langosta
devorándolo todo, devastando.
La cosa es que morirse así a diario
será siempre un negocio sin fisuras
para los vendedores de mortajas
-ministros, farmacéuticos, loteros,
hombres de dios y algún que otro psicólogo-
y una ruina en los ojos
de aquel que sobrevive a duras penas
prendido a los colmillos de un murciélago.
lunes, 6 de abril de 2009
Apenas
No somos más que simiente de olvido,
Cruda ceniza soñándose llama,
Un accidente silente que clama
La irrelevancia de nunca haber sido.
No somos más que un instante extinguido,
Trágica historia agotada sin trama,
Cántaro herido que su agua derrama
Sobre los yermos del tiempo perdido.
Y, en tanta nada, una sed infinita
Muerde mi boca anhelando otra boca
Que me desprecia, fingiéndose ahíta,
En tanto, estéril, transmúdase en roca
Que, golpe a golpe, acrecienta mi cuita:
Su alma olvidando mi alma muda y loca.
Cruda ceniza soñándose llama,
Un accidente silente que clama
La irrelevancia de nunca haber sido.
No somos más que un instante extinguido,
Trágica historia agotada sin trama,
Cántaro herido que su agua derrama
Sobre los yermos del tiempo perdido.
Y, en tanta nada, una sed infinita
Muerde mi boca anhelando otra boca
Que me desprecia, fingiéndose ahíta,
En tanto, estéril, transmúdase en roca
Que, golpe a golpe, acrecienta mi cuita:
Su alma olvidando mi alma muda y loca.
domingo, 5 de abril de 2009
Trenes
Pendientes de los brazos abatidos
–Bajo un grave dolor- gimen las manos;
Los pájaros se alejan
Fugitivos
Dejando al corazón sin cardinales.
Las rutas migratorias, tan esquivas
A estatuas mendicantes en sus huellas,
Se van difuminando en tanto, al Norte,
La sal seca a bocados los destellos
De estrellas y de auroras boreales.
Hubo una vez un cielo, un espejismo,
Que roto una mil veces, degollando,
Cegó con sus esquirlas las miradas,
Decapitó la lengua
De los ángeles,
Sus breves alas.
¡Qué densa es esta rosa en la garganta
Y qué infausta es la ciénaga
Que inhuma su cadáver macilento
Carente de perfume en cuerpo y alma,
Y ahogándose en la sal de la sed náufraga!
viernes, 3 de abril de 2009
La arritmia de las estaciones
Amanecer de un eclipse
No hubo suerte, salieron mal las cosas.
Ignoro mis errores, mas presumo
Que no fueron tan graves, tan punibles;
No estimo merecer tanto castigo.
Me niego en cualquier caso a arrepentirme
–Jamás fue mi intención causar congoja-,
Así que puede ser que al fin y al cabo
Consista en este exilio la justicia.
No obstante, pudo haber sido distinto:
La palabra, alegato irrefutable,
Fallando contra el cargo del silencio
Y haciendo conmutar esta ancha pena
Que el sueño en sus audiencias no redime
Ni al alba halla el cauterio del patíbulo.
Ignoro mis errores, mas presumo
Que no fueron tan graves, tan punibles;
No estimo merecer tanto castigo.
Me niego en cualquier caso a arrepentirme
–Jamás fue mi intención causar congoja-,
Así que puede ser que al fin y al cabo
Consista en este exilio la justicia.
No obstante, pudo haber sido distinto:
La palabra, alegato irrefutable,
Fallando contra el cargo del silencio
Y haciendo conmutar esta ancha pena
Que el sueño en sus audiencias no redime
Ni al alba halla el cauterio del patíbulo.
jueves, 2 de abril de 2009
Compostaje
Dictaste tu sentencia inapelable:
Desdén eterno, impúdica tortura,
Que, haciendo del pasado tachadura
Dio pie a que me halle inmundo y despreciable,
De helmintos nido, rata indeseable,
Absceso, estercolero, cloaca oscura,
Despojo nauseabundo en la basura,
Tropel de cucarachas detestable.
Por útil que hube sido en el pasado,
Igual que se desecha un trasto viejo,
Me echaste, inconmovible, al vertedero;
Mas si he de serte, aun pútrido, sincero
Prefiero a tu dureza ser mollejo
De flores rico abono fermentado.
Desdén eterno, impúdica tortura,
Que, haciendo del pasado tachadura
Dio pie a que me halle inmundo y despreciable,
De helmintos nido, rata indeseable,
Absceso, estercolero, cloaca oscura,
Despojo nauseabundo en la basura,
Tropel de cucarachas detestable.
Por útil que hube sido en el pasado,
Igual que se desecha un trasto viejo,
Me echaste, inconmovible, al vertedero;
Mas si he de serte, aun pútrido, sincero
Prefiero a tu dureza ser mollejo
De flores rico abono fermentado.
Con toda probabilidad
Entre tu voz y la esperanza
Median siglos de lluvia;
De estar adentro, a oscuras,
Caminando sin huellas.
Entre tu luz y el horizonte
Se instaló la maleza
Ahogando el verbo, el hálito,
La pupila y su nervio.
Entre tus manos y el futuro
Nada queda, ningún
Asidero en las horas, ni un translúcido
Ni tibio roce el ansia balsamando.
Entre el agua y tu boca,
Cauces secos; la música
No la conoces.