¡Cuánta alteración!
¿Qué... la primavera?
Yermo el corazón...
¿No será la espera?
¡Qué desilusión,
Flor es de Quimera!;
Su hálito es carbón,
Férrea enredadera.
Mi ascua desolada
¿Se varó al invierno?
Su enfriarse, callada,
¿Puerta es del infierno?
Gélida respuesta,
Satanás...
-------....----- de fiesta.
¡Oh, Rafa! Tenés el alma varada en el invierno. Pero desde la pena nacen tus poemas más excelsos.
ResponderEliminarEstoy poniéndome al día con tu prolífica producción escrita. ¡Que no le das tregua a tus musas, hombreeeee!
Un beso y un abrazo gigantes
Hermoso juego de palabras y metaforas, un fuerte abarzo.
ResponderEliminarCreo que es la espera, esa traicionera espera que nos embosca y nos vara.
ResponderEliminarAbre la puerta.
Un besazo, Rafa, y gracias siempre por estar.
Me gusta mucho el ritmo, la rima, las palabras, las metáforas de tu poema. Me recuerda el estilo de algunos poemas de Antonio Machado...
ResponderEliminarBesos, poeta.
El tibio sol primaveral..no tiene suficiente fuerza para acbar con el frio en los huesos que dejó el invierno..más no hay que desestimar su poder.
ResponderEliminarQuien sabe ..no me extrañaría que se aliase con el verano..
Besitos florales y primaverales
dafne
Preciosos versos Rafa!
ResponderEliminarMe gusta la musicalidad que tienen cuando se leen en voz alta. Y por supuesto, ese final que (como dicen por ahí) “la rompe”.
Un beso, dos, tres…