Trenes
Pendientes de los brazos abatidos–Bajo un grave dolor- gimen las manos;Los pájaros se alejanFugitivosDejando al corazón sin cardinales.Las rutas migratorias, tan esquivasA estatuas mendicantes en sus huellas,Se van difuminando en tanto, al Norte,La sal seca a bocados los destellosDe estrellas y de auroras boreales.Hubo una vez un cielo, un espejismo,Que roto una mil veces, degollando,Cegó con sus esquirlas las miradas,Decapitó la lenguaDe los ángeles,Sus breves alas.¡Qué densa es esta rosa en la gargantaY qué infausta es la ciénagaQue inhuma su cadáver macilentoCarente de perfume en cuerpo y alma,Y ahogándose en la sal de la sed náufraga!
los pájaros son muy sabios y siempre acaban encontrando el camino que conduce su ruta. Aunque a veces parezcan aturdidos. Un beso
ResponderEliminarEs verdad lo que dice Amaterasu, además, nunca (no estoy segura, creo) van solos, son muchos y van dándose las alas, van en el mismo "tren".
ResponderEliminarUn poema conmovedor, Rafa, si estuvieras cerca, y te dejaras, te daba un abrazo grande, pero nada de despedidas, ehhh!!! Feliz tarde de domingo
(¿Has leído lo que dice Cioran de los domingos?, si te fijas, la página ha estado señalada, creo que es la última señal, es guay.)
Besos Rafa, leeré al regreso.
ResponderEliminarMuack