domingo, 5 de abril de 2009

Trenes


Pendientes de los brazos abatidos
–Bajo un grave dolor- gimen las manos;
Los pájaros se alejan
Fugitivos
Dejando al corazón sin cardinales.

Las rutas migratorias, tan esquivas
A estatuas mendicantes en sus huellas,
Se van difuminando en tanto, al Norte,
La sal seca a bocados los destellos
De estrellas y de auroras boreales.

Hubo una vez un cielo, un espejismo,
Que roto una mil veces, degollando,
Cegó con sus esquirlas las miradas,
Decapitó la lengua
De los ángeles,
Sus breves alas.

¡Qué densa es esta rosa en la garganta
Y qué infausta es la ciénaga
Que inhuma su cadáver macilento
Carente de perfume en cuerpo y alma,
Y ahogándose en la sal de la sed náufraga!

3 comentarios:

  1. los pájaros son muy sabios y siempre acaban encontrando el camino que conduce su ruta. Aunque a veces parezcan aturdidos. Un beso

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  2. Es verdad lo que dice Amaterasu, además, nunca (no estoy segura, creo) van solos, son muchos y van dándose las alas, van en el mismo "tren".
    Un poema conmovedor, Rafa, si estuvieras cerca, y te dejaras, te daba un abrazo grande, pero nada de despedidas, ehhh!!! Feliz tarde de domingo
    (¿Has leído lo que dice Cioran de los domingos?, si te fijas, la página ha estado señalada, creo que es la última señal, es guay.)

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  3. Besos Rafa, leeré al regreso.
    Muack

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