martes, 22 de abril de 2008

Otra vez, tan azul, la primavera


Otra vez, tan azul,
Llega la primavera
Y, huyendo del aroma de las flores,
Dejé que se agostasen los geranios.
No sé porqué motivo
-Quizá aquella ocasión
En que estuvimos hablando de plagas-,
Pero te me recordaban, mi amor.
Y tantos recuerdos, de sombra a sombra,
Me tienen,
Con la ausencia,
Malherido,
Con la sangre
Nublada en la mirada,
Y la entraña
-Ya sabes-
Casi exánime.
Y al verlos apagados y sin vida,
Tras su yerma sequía amarillenta,
Con pesadumbre he tomado conciencia
De que tú también, mi amor, te me has muerto.
Y postrado a los pies de tu sepulcro
Ruego a los cielos sin fe, desde entonces,
Aquel arduo milagro
De la resurrección.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Ufff, que duro, bonito pero con la ausencia sin retorno, esa que se queda colgada en una estrella... la estrella, tu estrella.
Seguro que la ves...
Besos