Estaba su cama
Siempre revuelta,
De lunes a domingo,
Del pie a la cabecera;
Sin importar para nada la hora
O la estación del año.
No, no era el producto del amor,
Era el quedo fruto de la desidia;
Una desidia,
Cruda,
Fraguada de desilusión y hastío,
Colmando las hojas
Del calendario.
2 comentarios:
Lo mejor en esos casos es hacer la cama cada mañana, y asirnos a la certeza de que no volveremos a ella hasta acaecer la noche.
Sè de lo que hablàs, creo saberlo que es sentir esa desidia que no espanta a cronos.
Un abrazo
¿vagancia?...hay much@s.
Un abrazo.
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